La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, manifestaba el pasado viernes que la revalorización de las pensiones estaría siempre por encima del 0,25%, dependiendo de la evolución de la economía, aunque no quiso concretar la cifra de 2014 escudándose en que había que esperar a la inflación de noviembre-diciembre y a que se pronunciara el Parlamento.

Ayer, tres días después de la comparecencia de la vicepresidenta, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, entregaba en el Congreso el proyecto de Ley de Presupuestos, donde se especifica ya la subida que experimentarán las pensiones en 2014: el 0,25%, es decir, la revalorización mínima que se plantea en la fórmula de actualización que el Consejo de Ministros aprobó el viernes.

De acuerdo con este proyecto de Ley, la pensión mínima de jubilación para las personas de 65 o más años con cónyuge a su cargo será de 10.932,60 euros anuales en 2014, y de 8.404.20 para los mayores de 65 con cónyuge que no esté a su cargo.

En los supuestos de gran invalidez, para mayores de 65 la prestación mínima será de 16.399,60 euros anuales para los pensionistas con cónyuge y de 12.607 para los que no lo tengan a su cargo.

Pensiones de viudedad

Entretanto, el Gobierno ha decidido volver a aplazar por un año la mejora de las pensiones de viudedad que está prevista en la Ley 27/2011, la última reforma del sistema que se aprobó en tiempos de Rodríguez Zapatero, cuya implantación progresiva debía producirse en un plazo de ocho años a contar desde principios de 2012.

En una de las disposiciones adicionales del proyecto, se aplaza por un año la aplicación de dicho precepto de la Ley, que también fue pospuesto en las cuentas del pasado año.

Dicho artículo mandataba al Gobierno para adoptar las medidas reglamentarias oportunas para elevar las pensiones de viudedad, aplicándoles de forma progresiva y homogénea a lo largo de ocho años un coeficiente del 60% en el caso de que el beneficiario tenga 65 años o más, no cobre otra pensión pública, no perciba ingresos por trabajar y no supere el límite de ingresos para ser beneficiario de la pensión mínima de viudedad.

Del mismo modo, otra disposición de los PGE 2014 aplaza un año la entrada en vigor de otro precepto de la Ley General de la Seguridad Social que fue introducido a través de la Ley 27/2011 para ampliar la cobertura por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales a todos los regímenes de la Seguridad Social, para los trabajadores que causen alta a partir del 1 de enero de 2013. Así, durante todo el próximo año se aplicará el régimen jurídico existente a 31 de diciembre de 2012.

Pese a estas restricciones, las pensiones representan el mayor gasto del presupuesto (el 35,9%), ya que se llevan 127.483,83 millones de euros. Ello supone un incremento del 4,9%, debido a a la previsión de incremento del número de pensionistas.

Por detrás se sitúa las partidas referidas a la deuda pública, cuyos intereses se elevarán a 36.590 millones de euros, lo que supone el 10,3% del gasto total, y al desempleo, que cuenta con una asignación de 29.727,53 millones de euros, lo que supone el 8,4% del total.

«Rigor y austeridad»

En el acto de entrega del proyecto de ley de Presupuestos, el ministro de Hacienda insistió en el mensaje que ya lanzó el viernes de que son los Presupuestos «de la recuperación y para la recuperación económica».

«Son los Presupuestos que facilitan la vuelta del crecimiento económico y de la creación de empleo. Y lo hacen asentando las premisas sobre las que hemos construido los presupuestos de toda esta legislatura: el rigor, la austeridad y el compromiso con la reducción del déficit público. No había otra puerta par salir de esta crisis», dijo.

De hecho, los presupuestos no contemplan ninguna partida destinada a inversión pública. «Ya volverá la inversión pública, y espero yo mismo poder anunciar otras formas de inversión. Ahora sencillamente no podemos hacerlo», manifestó.

Preguntado sobre qué credibilidad tienen estas cuentas después de que en los dos últimos años los Presupuestos originales hayan resultado modificados profundamente, Montoro afirmó que «la credibilidad está en la salida de la crisis» y en que las proyecciones económicas que utiliza el Ejecutivo se quedan «cortas» en relación con las previsiones de «la mayoría de analistas».