La Guardia Civil se topó con el rechazo popular e institucional
Bilbo: Entran primero en la sede de EA, les retienen y les impiden ejercer como testigos
Nerea GOTI
Con una mezcla de incredulidad y preocupación (ya se conocía la existencia de algunas detenciones), decenas de personas se fueron apostando en la acera frente al céntrico número 2 del Arenal, edificio en el que la sede de Herrira ocupa el primer piso, y Eusko Alkartasuna el segundo. Ambas balconadas con vistas al Arriaga son inconfundibles. Pero la Guardia Civil decidió entrar primero a EA aprovechando el viajey luego a Herrira.
Durante el registro, en el que no permitieron a los trabajadores de EA ejercer de testigos, para lo que se ofrecieron, representantes de la formación colgaron una ikurriña y una pancarta con el lema «Alde hemendik», lo que fue respondido en la calle con aplausos. Otro tanto harían luego en el alkartetxe de Iruñea, en la céntrica Plaza del Castillo.
Una veintena de guardias civiles mantuvo un férreo operativo sobre el portal y la acera, acordonada y ocupada por siete vehículos policiales. También dotaciones antidisturbios de la Ertzaintza vigilaron la zona.
Tampoco los letrados Jone Goirizelaia e Iñaki Goioaga pudieron acceder a la primera al local de Herrira. «Queremos saber lo que está ocurriendo«, explicó Goirizelaia sobre el objeto de su presencia en un registro, en el que participaron como testigos dos personas que se encontraban en el edificio. Pese a que la secretaria del juzgado había transmitido a los abogados que podían acceder al local, e incluso la misma secretaria estaba al teléfono dispuesta a facilitar la entrada a los letrados, hubo que esperar y solo Goirizelaia pudo acceder finalmente.
El operativo de la Guardia Civil fue respondido por gritos como «Hablan de paz, torturan y asesinan», «Ez gaituzue geldituko» o «Esos de ahí enfrente torturan a la gente».