Siria pide el cese de las hostilidades para empezar a negociar
El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Mualem, afirmó ante la ONU que Damasco acepta acudir a una conferencia de paz en Ginebra «sin precondiciones» una vez que cesen todas las hostilidades contra Siria. Mualem confirmó que Damasco cumplirá su compromiso sobre desarme químico pero acusó a países occidentales y de la región de suministrar armas químicas que han usado los insurgentes.
GARA | NUEVA YORK
«El cese de las políticas agresivas contra Siria es el primer paso hacia una solución en mi país. Cualquier solución política, en vista del continuo apoyo al terrorismo, ya sea proporcionando armas, financiando o entrenando, es una mera ilusión y equívoco», afirmó el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al Mualem, ante el pleno de la Asamblea General de la ONU.
«Siria ha dicho varias veces que apoya una solución política a la crisis, ahora le toca a quienes dicen apoyarla también que cesen las hostilidades», dijo el ministro, que subrayó que dicha solución debe respetar «el derecho exclusivo del pueblo sirio a elegir a sus dirigentes».
El ministro sirio criticó la «hipocresía política» de quienes promovían una intervención militar contra su país «e ignoran esa actividad terrorista», añadiendo que Siria rechazará cualquier intento de interferencia exterior.
«No es una guerra civil»
«Les garantizo el firme compromiso de Siria de implementar los provisiones de la convención internacional contra las armas químicas y que cooperaremos con la Organización para la Prohibición del Uso de Armas Químicas como estado miembro de esa convención», dijo el ministro.
Al Mualem rechazó que lo que está ocurriendo en su país sea una guerra civil «sino una guerra contra el terrorismo» en la que está involucrada Al Qaeda El representante del Gobierno sirio señaló que los insurgentes han usado gases venenosos y han recibido agentes químicos de los países de la región y occidentales «que todos conocen».
«Somos nosotros a quienes nos atacaron con gases venenosos en Jan Al Asal, cerca de Alepo. Nosotros pedimos a la misión de expertos que incluyeran en el mandato determinar quién usó las armas, pero Estados Unidos y sus aliados, Francia y Reino Unido, son los que lo impidieron, e incluso limitaron sus funciones», dijo el ministro.
Por su parte, la ONU confirmó que su equipo de inspectores abandonó Siria después de investigar durante seis días «denuncias creíbles» sobre el uso de armas químicas en ese país y ahora han entrado en la última fase en la que completarán su informe final.
El portavoz de la ONU, Martin Nesirky, confirmó que la misión de expertos no visitó sobre el terreno la localidad de Jan Al Asad, pero aseguró que los inspectores han podido «hacer su trabajo», consistente en recoger pruebas y hablar con supervivientes y personal médico.
Por otro lado, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, sugirió que las armas químicas sirias pueden ser destruidas mediante complejos móviles destinados a tal fin en poder de EEUU y otros países
«Las sanciones unilaterales, inhumanas e inmorales impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea han conseguido una degradación de las condiciones de vida de los sirios», denunció el ministro de Exteriores sirio ante la ONU.
Alemania exportó entre 1998 y 2011 hasta 360 toneladas de productos químicos a Siria, según el Ministerio de Economía, después de que una semana atrás se afirmara que los suministros alcanzaban solo hasta el año 2006. Las exportaciones eran susceptibles de ser utilizadas con fines militares, aunque el Ministerio dijo «no tener duda» de que solo se destinaron a fines civiles.
Tanto Turquía como Irak, pero sobre todo Líbano y Jordania, han llegado al límite de su resistencia frente al incesante flujo de refugiados sirios, que superan los 2,1 millones, una situación que ha alterado su demografía, les genera pérdidas económicas, encarece los alimentos y aumenta el desempleo. «Estamos ante el mayor fenómeno de desplazamiento mundial en tres décadas. Más gente se ha desplazado de Siria que de Ruanda durante el genocidio o que durante la limpieza étnica en los Balcanes», declaró el secretario de Estado adjunto de EEUU, William Burns, en una reunión del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. El entorno demográfico de Siria y países aledaños está cambiando rápidamente a consecuencia de la guerra, que ha empujado a 7 millones de sirios -una tercera parte de la población- a huir de sus hogares. «El ministro de Asuntos Sociales de Líbano, Wael Abou Faour, reconoció que la llegada de 760.000 sirios ha puesto bajo una presión casi insoportable el sistema educativo, de salud y el mercado laboral de su país. En total, la población siria llega a 1,3 millones de personas, considerando a aquellos que vivían en Líbano antes del estallido del conflicto, lo que supone una cuarta parte de la población. El alto comisionado para los Refugiados, Antonio Guterres, pidió a los países que piensen que, proporcionalmente, sería como si Gran Bretaña tuviese 11 millones de refugiados; Alemania, 15 millones, o Estados Unidos, 58 millones. Una situación parecida describió el ministro de Exteriores de Jordania, Nasser Judeh, quien dijo que el campo de refugiados de Zaatari, con 125.000 sirios, se ha convertido en la cuarta mayor ciudad de su país. Isabel SACO (Efe)