Rugido enjaulado, no silenciado
Joseba VIVANCO
El `Rugido rojiblanco' de hoy no tiene quien le escriba. Partido noctámbulo del Athletic, muy lejos de San Mamés, buena ocasión para proponerle a Beñat Zarrabeitia unas líneas sobre una noche en Granada. Ni tiempo me dieron. Casi cuando le escribía a través de Twitter esperando recibir su habitual `sin problema', la misma red social escupía incrédula su detención, entre otras tantas caras visibles o no tanto del movimiento Herrira, ese que de manera legítima se preocupa por defender los derechos de las presas y presos políticos vascos, como los que están en la cárcel de Granada, a 823 kilómetros de Bilbo, a ocho horas y media de distancia en coche. Esos entre los que seguro alguno estuvo anoche pegado a la radio esperando oir cantar los goles de los leones. Quién sabe si esperando a dentro de unos días, cuando reciba su periódico, leer ese `Rugido rojiblanco' que por desgracia hoy no tiene quien le escriba. Beñat, su rugido, está enjaulado. No quieren que escriba, que hable, que denuncie. «Hoy echaré en falta los Twets de Beñat Zarrabeitia...», escribía antes del partido un aficionado en un concurrido foro rojiblanco de Internet. También echaremos en falta su compromiso en libertad. El de él, el de otros como él. Enjaulado, pero no silenciado. Como reza el himno del Athletic, «Aupa mutilak! Aurrera gure gaztiak!»