El equipo de expertos internacionales presente en Siria comenzó ayer a destruir parte del arsenal químico en posesión del régimen de Damasco, según informaron fuentes de la misión, sin dar más detalles.

Testigos presenciales indicaron que los expertos salieron a primera hora de la mañana del hotel en el que están alojados en Damasco, aunque no pudieron determinar su destino.

El equipo, que llegó el martes a Siria, está formado por expertos de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés) y personal de la ONU que les ayuda en su trabajo. La misión está contemplada en el acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y Rusia para la destrucción del arsenal químico sirio después de que cientos de personas murieran en el ataque con gas sarín del 21 de agosto en Damasco.

De la década de los 80

En una entrevista publicada ayer en el diario sirio «Tishrin», el presidente Bashar al Assad aseguró que su país aceptó la iniciativa rusa para poner sus armas químicas bajo supervisión internacional «para evitar que Siria y toda la zona entraran en guerra». Recordó que el Estado adquirió armas químicas en la década de los 80 para estrechar la brecha tecnológica que existía con Israel. «Poca gente sabe que Siria dejó de producir ese armamento a mediados de los noventa porque por aquel entonces ya había acortado esa brecha, pese al avance de Israel a nivel militar por el apoyo de Estados Unidos».

Aseguró que a partir de 2000, Siria siguió produciendo armas convencionales, pero no químicas, porque no tenía necesidad. «De hecho, planteamos en 2003 una iniciativa para desmilitarizar Oriente Medio (de armas químicas) ante el Consejo de Seguridad de la ONU», rememoró Al Assad, que lamentó que esa propuesta fuera obstaculizada en su día por Washington.