Con el presidente de Aquitania Alain Rousset (PS) a la cabeza, varios electos del sudoeste -entre ellos Georges Labazée, presidente del Consejo General de Pirineos Atlánticos-, participaron ayer en un coloquio, organizado por Eurosud Transport en París, en el que dejaron claro su desacuerdo con el retraso de los proyectos de construcción de líneas del TAV, anunciado oficialmente hace justo tres meses por el gobierno de François Hollande.

Satisfechos con que el tramo Burdeos-Toulouse haya sido incluido en los que se construirán antes de 2030 (las obras deberían comenzar hacia 2017 o 2018), el lobby pro-TAV desea que al mismo tiempo que se aborda el periodo de exposición pública para recabar alegaciones sobre dicho tramo, se abra también el correspondiente al tramo Burdeos-Dax.

De hecho, apoyados en unas declaraciones realizadas el pasado 23 de setiembre por el prefecto de la región aquitana Michel Delpuech, que avanzó que el gobierno estaba estudiando el tramo Burdeos-Dax, ayer esperaban una declaración en ese sentido por parte del ministro de Transportes Frédéric Cuvilier, cuya presencia en el coloquio estaba anunciada. Sin embargo, Cuvilier no acudió al encuentro y tampoco hubo pronunciamiento oficial.

Hasta Hendaia

El coloquio dejó de manifiesto una amenaza sobre las obras actualmente en marcha (Tours-Burdeos) que podrían suspenderse si las instituciones locales cesan su parte de financiación (algunas ya lo han hecho).

Rousset manifestó que «cuando menos como primer paso» el gobierno debería abordar el tramo hasta Dax, si bien confesó que «el objetivo último es que el TAV llegue hasta Hendaia para el 2025».