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Jorge García e Irune Soto Concejal de EH Bildu en Barakaldo y portavoz de EH Bildu en las JJGG de Bizkaia

Iurbenor: radiografía de un pelotazo

«Indecentes relaciones entre determinados políticos y señores del ladrillo», en estos términos presentan los autores la radiografía del escándalo de Iurbenor, plagado de negocios a cambio de favores que, sostienen, en caso de no ser ciertos, el lehendakari debería apresurarse a desmentir. Desgranan de manera certera la mecánica de un «pelotazo» de dimensiones enormes, donde se entrelazan empresarios franquistas, especuladores profesionales y jelkides que les deban cobertura y que no pueden esconder ni esquivar sus responsabilidades.

Estamos asistiendo en estos días al juicio contra Jabyer Fernández, otrora distinguido empresario de la construcción y hoy sospechoso de diversas irregularidades y delitos. Las llamativas declaraciones de Fernández, denunciando una presunta colaboración encubierta de dirigentes del PNV como Ortuzar y Urkullu con sus negocios a cambio de favores sin especificar han dado a este caso una renovada proyección mediática.

Más allá de la veracidad de las acusaciones, que el propio lehendakari debería apresurarse a desmentir si no son ciertas, este caso reúne tantos ingredientes oscuros y al mismo tiempo reveladores de las indecentes relaciones entre determinados políticos y los señores del ladrillo que merece la pena dedicar unos minutos a repasarlo. El origen de la cuestión se sitúa en la quiebra de la empresa Iurbenor, promotora de un macroproyecto denominado Puerta Bilbao.

El pelotazo. 1996. El empresario Villar Mir, activo colaborador de Franco durante la dictadura, compra la empresa Sefanitro de Barakaldo por seis millones de euros. La empresa está asentada en una extensa franja de terreno en el barrio de Lutxana. En 1998, el Consistorio barakaldés, con los votos de PSOE, PNV y PP, recalifica los terrenos de la fábrica, que pasan a ser aptos para construir viviendas. Con ello estos partidos renunciaban a dar un uso público al terreno y favorecían un movimiento especulativo en favor de Villar Mir, uno de los protagonistas de los papeles de Bárcenas. Valiéndose de esta recalificación, Villar Mir vende los terrenos en 2006 a la empresa Iurbenor por ¡240 millones de euros! Seis millones se transforman en 240 con la firma de unos solícitos políticos en un papel: todo un modelo de hacer negocios premiado por el Rey de España con la concesión del marquesado a Mir en 2011.

Puerta Bilbao. En septiembre de 2006 Iurbenor presentó el proyecto Puerta Bilbao, un plan desmesurado que incluía rascacielos y canales, además de viviendas y otras muchas instalaciones. Los partidarios del proyecto afirmarán alborozados que se trata del mayor proyecto urbanístico en el País Vasco. En la redaccción del plan urbanístico los anteriormente citados grupos municipales aceptan ampliar aún más la capacidad de edificación (se contemplan 2.000 viviendas) y reservan para uso privado una parcela extra de 92.000 m2. El movimiento ciudadano recurrirá este regalo de suelo público.

La sábana. Detrás de Iurbenor está el grupo Afer, presidido por Jabyer Fernández. En los años de la burbuja Jabyer era uno de los reyes del mambo en Bizkaia. Según el diario «Deia», los abogados conocedores del caso llaman «la sábana» al documento que recoge el organigrama del enorme entramado empresarial de Fernández, compuesto por más de 100 compañías. Para engrasar relaciones, contaba como abogado y socio con Fernando García Makua, sobrino del expresidente por el PNV de la Diputación de Bizkaia, José María Makua, presidente más tarde del Athletic de Bilbao en una candidatura empresarial conjunta de PP y PNV. El grupo Afer también mantendrá relaciones (mediante patrocinios o asociación con directivos) con otros clubes deportivos importantes en el mundo del remo o el baloncesto.

Caída y rescate. En enero de 2009 Iurbenor se declara en concurso de acreedores (quiebra). El estallido de la burbuja ha convertido su operación especulativa en un sueño imposible. La caída de Jabyer y su equipo iba a ser estrepitosa, pero ocurre el milagro (para ellos): BBK y Caixa habían financiado la compra inicial del terreno y ahora, tras la quiebra y el inminente impago de los créditos, estas entidades deberían ejecutar la hipoteca (embargar). Pero en lugar de eso (en lugar de desahuciar al moroso como hacen con cualquier ciudadano), aceptan recomprar a Iurbenor los terrenos... ¡pagando más de lo que le costaron a Iurbenor y en plena crisis inmobiliaria! Gracias a ello Iurbenor salda su deuda y saca un pico de unos cuantos millones. Las cajas pagan el IVA de la operación, pero Iurbenor no lo declara, usándolo presuntamente para sanear otras empresas del grupo o en beneficio de Jabyer.

Los timados. Dentro del proyecto Puerta Bilbao se contemplaba, como coartada social del pelotazo, la construcción de 700 viviendas protegidas. En 2008, cerca de 500 personas adelantaron la cantidad de 27.000 euros para constituir una serie de cooperativas desde las que se gestionaría la construcción de estas viviendas (el IVA generado en este pago tampoco fue declarado y generó otro proceso contra Iurbenor). Pero pronto llegará una pesadilla en forma complicaciones legales, terrenos contaminados y, finalmente, la quiebra de Iurbenor. A día de hoy las casas aún no han empezado a construirse.

La puntilla. En 2013, sendas sentencias del TSJPV y del TS declaran ilegal el uso privado que se contemplaba en el proyecto para un área de 92.000 m2, lo que priva a todo el plan de viabilidad económica. Esto supone el final definitivo del proyecto Puerta Bilbao. Hay que destacar que aunque el uso de esta parcela pasa ahora a ser público, el Ayuntamiento (PSOE-PNV-PP) ha defendido en el pleito los intereses de los promotores (ahora las cajas dueñas del terreno) y ha sido la tenacidad del movimiento ciudadano la que ha permitido recuperar este patrimonio público.

Los juicios. La quiebra de Iurbenor y el grupo Afer supuso la ruptura de relaciones entre sus directivos y más tarde una guerra abierta entre ellos, en la que también participaría la Diputación de Bizkaia. Jabyer Fernández ha quedado aislado y se enfrenta en solitario al stablishment político y empresarial. Mientras otros socios, como Makua, van quedando al margen de las condenas, Jabyer ha sido ya condenado y ahora está afrontando otra petición fiscal de seis años de prisión. Es en este contexto en el que ha formulado sus acusaciones contra dirigentes del PNV a los que acusa de haberle abandonado tras haberles prestado importantes favores que no concreta.

Empresarios que, al mejor estilo marbellí, se valían de clubes de fútbol e instituciones deportivas como plataformas para favorecer sus negocios privados; ayuntamientos consagrados a defender los intereses de los señores del ladrillo; BBK y PNV, siempre al servicio del constructor; fraudes y estafas... un escándalo a la vasca que nos recuerda que la responsabilidad de la crisis que vivimos tiene nombres y apellidos, los de los partidos e instituciones públicas y privadas que hicieron de la construcción un negocio corrupto. La burbuja inmobiliaria la construyeron todos aquellos que aceptaron que la vivienda era un negocio y no un derecho. Aquellos que pensaron que el modelo económico era el del pelotazo y dieron la espalda al deber de generar un modelo productivo eficiente, social y ecológico. Y en Euskal Herria tienen nombre y apellidos, en el ámbito político: PNV, PSOE y PP-UPN. Suya es la responsabilidad.

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