Gloria LATASA gloriameteo@hotmail.com
Turbulencias
Las turbulencias en aire claro (TAC) se producen en las inmediaciones de las grandes corrientes de aire en altura que pueden alcanzar velocidades de hasta 300 km/h y que las naves aprovechan para ahorrar combustible y optimizar el viaje
Imagina un trozo de atmósfera formado por partículas de aire del mismo tamaño, orientadas todas en el mismo sentido, moviéndose en forma de láminas paralelas (como pisos de un pastel «milhojas») que no se tocan entre sí. Si has conseguido visualizarlo comprenderás fácilmente que a esa forma «regular» de moverse el aire se le denomine flujo laminar. Sin embargo, cuando las partículas tienen velocidades, tamaños y sentidos diferentes, las láminas de la corriente se rompen, dejan de guardar un orden, y su movimiento «irregular» pasa a llamarse flujo turbulento.
Las turbulencias pueden ser de gran escala (sinóptica) y afectar a áreas geográficas del orden de 3000 a 4000 km. De media escala, e involucrar a varios cientos de km. de atmósfera. De pequeña escala, afectando miles de metros. Incluso, de microescala, implicando tan solo varios cientos de metros.
En aviación las turbulencias se clasifican en función de los daños que puedan ocasionar. Y se denomina turbulencia leve a la que se manifiesta con rápidas pero leves sacudidas del avión; moderada, a la que genera golpes más rápidos e intensos en la aeronave; severa, a la que se detecta mediante presión en el cinturón de seguridad y con la caída de objetos no asegurados; y extrema, a la que puede causar importantes daños.
¿Qué es lo que causa esas sacudidas más o menos intensas en los aviones? Sencillamente el paso de la nave por zonas donde el flujo de aire pasa de ser laminar a turbulento. Por ejemplo, por corrientes de aire en altura (Jet Stream), corrientes térmicas, tormentas eléctricas, frentes, grandes obstáculos (edificios, montañas...), superficies de diferente naturaleza (mar-tierra)... y, aunque pueda parecer mentira, por zonas de aire claro y limpio.
Las turbulencias en aire claro (TAC) se producen en las inmediaciones de las grandes corrientes de aire en altura que pueden alcanzar velocidades de hasta 300 km/h y que las naves aprovechan para ahorrar combustible y optimizar el viaje. Son, curiosamente, las que producen el mayor número de heridos (cinturones sin atar) debido a su factor sorpresa.