Gabriel Marzán Auzolan kidea
Para salir de un agujero, hay que dejar de cavar en él
Si no empezamos ya a construir un nuevo modelo económico, social y político, donde las personas sencillas recuperemos la capacidad de decidir y de control sobre nuestras vidas, corremos el riesgo de entrar en un proceso de depresión colectiva
En las últimas semanas nos están bombardeando con noticias que se dan a conocer como «sucesos aislados» que, si las relacionásemos entre sí y en el actual contexto de crisis estructural que padecemos, nos mostrarían en toda su crudeza los síntomas de una sociedad patológicamente enferma y que es necesario reinventar.
Uno de los pilares de esta sociedad enferma es el empleo asalariado. Actualmente en la CAPV y Nafarroa hay 234.530 personas censadas en el INEM. El índice de desempleo entre los jóvenes es superior al 50%. Desde 2008 el desempleo ha crecido en más de 100.000 personas en la CAV, un 89,4% más. El 44,6% de las personas en desempleo no cobran ninguna prestación social. La precariedad laboral, proliferación de ERE, la Reforma Laboral que nos coloca a la clase trabajadora en una situación de vulnerabilidad, precarización e inseguridad de cuasi esclavitud y suicidios; despidos, expedientes, cierres de empresas, deslocalizaciones, sueldos más bajos por jornadas más largas... el ataque que estamos sufriendo trabajadores y trabajadoras es constante y cada vez más violento.
Esto está ocurriendo en todos los sectores: construcción, industria, comercio, hostelería, sector público... y a todas la capas de la sociedad: mujeres, jóvenes, tercera edad, sin olvidar a las niñas y niños. En un informe del Ararteko se dice que «más de 35.000 niños y niñas menores de 15 años (11,7%) viven en hogares que se encuentran en riesgo de no poder cubrir sus necesidades básicas». En el Estado español, en 2012 fueron asesinadas 75 mujeres víctimas de la violencia de género, resultado del modelo cultural patriarcal vigente.
Miles de personas en Euskal Herria viven día a día ya con la preocupación del desahucio. Barakaldo, Bilbo ya tienen personas suicidadas por la desesperación que genera el desahucio. Los suicidios aumentaron en un 31% en el año 2011. El jefe de Psiquiatría del Hospital Donostia asegura que «el principal factor del suicidio es la desesperación». La venta de antidepresivos en el Estado español se ha incrementado en un 18% durante los últimos tres años. Este significativo aumento guarda relación con la actual situación económica.
Según un estudio realizado por el INI, la esperanza de vida ha descendido. Dicen los datos que en los próximos años la vida de la mayoría se acortará y lo hará sin estridencias, con la naturalidad de una estadística que se archiva sin causas culpables. Un informe de la OMS de 2011 afirmaba que con la crisis la perspectiva de vida entre ricos y pobres se acercaba ya a los 20 años a favor de los que más tienen. El actual modelo económico genera muerte, social, económica y también física.
La corrupción de los partidos, monarquía... campa por doquier. Lo ocurrido en Nafarroa con Barcina y Sanz ilustra, desde una visión sistémica, las motivaciones, intereses y doble moral de los «representantes políticos».
El Gobierno Vasco tiene intención de recortar en más de 1.200 millones de euros su presupuesto, lo que conllevará recortes en Educación, Sanidad, Servicios Públicos y traerá más pobreza y miseria para nuestro pueblo. El sindicato ELA-STV informa de que si la presión fiscal se elevara a la media europea, se recaudarían más de 4.000 millones de euros todos los años. Las bolsas de fraude fiscal siguen existiendo.
Es necesario recordar que esta sociedad enferma y que perjudica sobre todo a la gente sencilla se financia con las rentas del trabajo, que declaran casi el doble que las rentas de actividades económicas. Si no empezamos ya a construir un nuevo modelo económico, social y político donde las personas sencillas recuperemos la capacidad de decidir y de control sobre nuestras vidas, corremos el riesgo de entrar en un proceso de depresión colectiva.
Nos encontramos en una situación de emergencia nacional y social, y desde Auzolan pensamos que este nuevo modelo económico, social y político no puede ni debe de pasar por el empleo asalariado para poder cubrir nuestras necesidades básicas. Nos llama la atención que todavía no hayamos creado un gran debate social en Euskal Herria sobre la inconveniencia del «empleo asalariado». Desde nuestro punto de vista, el empleo asalariado es una excelente estrategia de dominación y dependencia que es urgente superar. Como dice Mari Otxandi en su libro «Los nuevos herejes», la fe en el progreso, el desarrollo tecnológico y el crecimiento ilimitado enmascara el papel que juega el trabajo asalariado dentro de la sociedad occidental actual, que camina hacia nuevas formas de totalitarismo y dominación social.
La crisis estructural nos coloca como pueblo ante el reto de construir un nuevo modelo económico, social y político. Ya que para salir de un agujero hay que dejar de cavar en él. Para construir este nuevo modelo como pueblo, desde los principios comunitarios, tenemos la suerte de poder utilizar la brújula de nuestro modelo cultural que tanto esfuerzo a costado mantener y en el que el norte se llama Burujabe, y que estará conformado por la trilogía Batzarre-Auzolan-Propiedad Comunal.
Desde hoy y hasta el domingo, en el edificio de Astra en Gernika, se van a celebrar los III Encuentros Auzolan para debatir sobre este nuevo modelo económico, social y político que tendrá la virtud de poder ser implementado en el ámbito local-comarcal. Este nuevo modelo económico estará conformado por la trilogía Batzarre-Auzolan-Propiedad Comunal, donde se presentarán propuestas concretas en el ámbito de la Soberanía Alimentaria con estudios que permitirían a un pueblo cubrir las necesidades alimentarias durante todo el año y para todas las personas del citado municipio. Se abordarán modelos de Soberanía Alimentaria, monedas locales, cultura, educación, salud... Estáis invitadas e invitados a estos III Encuentros Auzolan. Egingo al dugu?