Responsabilidad para construir el futuro
La conferencia internacional de Donostia arrancó ayer con un acto institucional en el que Juan Karlos Izagirre puso en valor la aportación que cada ciudadano, institución o agente social puede hacer en la búsqueda de la paz. Y el primer edil hizo la suya expresando su pesar por todas las víctimas del conflicto, sin distinción, y haciendo votos para que lo ocurrido no vuelva a suceder. Puede parecer una contribución humilde, pero la solución estaría más cerca si, por ejemplo, los alcaldes de todas las capitales vascas suscribieran sus palabras sin recortes ni aditamentos.
Es necesario que cada cual haga lo que está en su mano para construir un futuro diferente, donde no haya lugar para muertes, torturas, cautiverios ni miedos, pero que tampoco permanezca esclavo de cuentas del pasado. Porque una cosa es preservar la memoria y otra utilizarla como coartada. En este sentido, llama la atención el tono áspero con el que algunas asociaciones de víctimas han respondido a esta cita. Algunos colectivos llevan tiempo mostrando su enfado y preocupación por el devenir de los acontecimientos en Euskal Herria, una actitud quejumbrosa, cuando no saboteadora, totalmente opuesta a lo que siente la sociedad vasca. Es lógico que estos grupos intenten fijar posición, pero si su objetivo es velar por las víctimas, cabe preguntarse si la certeza de que ETA no va a causar ninguna más no es infinitamente más importante que cualquier crítica en torno al «relato» o la «memoria». ¿Cómo puede ser mayor, en este contexto, el pesar que la esperanza?
Vicente Zaragüeta, patrono de la conferencia, apeló a la generosidad para que este pueblo supere con éxito el reto al que se enfrenta. Serán necesarias grandes dosis de ella, tantas como de honestidad y responsabilidad, cualidades de las que hicieron gala los alcaldes de Errenteria, Irun y Elgoibar. Con su apuesta por el diálogo entre diferentes, Mendoza, Santano y Etxeberria hicieron honor a la máxima de su homólogo de Belfast: «No esperéis a nuevos líderes, vosotros lo sois».