La Audiencia Nacional española, que rehusa detener a los torturadores franquistas reclamados por Argentina, ha imputado al expresidente chino Hu Jintao por el genocidio en el Tíbet de los últimos 50 años al estimar que su cargo de secretario general del Comité del Partido Comunista en el Tíbet, (1988-1992), le confería «la competencia y capacidad orgánica suficientes para dirigir acciones y campañas tendentes a hostigar a la población».

El Comité de Apoyo al Tíbet y la Fundación Casa del Tíbet presentó una querella contra siete dirigentes chinos, entre ellos los expresidentes Hu Jintao y Jiang Zemin, y solicitó la imputación del primero una vez acabada su inmunidad diplomática. Hu Jintao dejó la presidencia en marzo.