Dabid LAZKANOITURBURU Periodista
De Estado de las Masas a reino de las milicias
Desalojada del poder por una revuelta que triunfó gracias a los bombardeos de la OTAN, la Yamahiriya o Estado de las Masas de Gadafi ha dado paso a una sucesión de Reinos de Taifas donde las milicias, y las correspondientes tribus, dictan la ley y guardan el desorden.
El poder que reclama Trípoli y los políticos liberales -muchos de ellos gadafistas reconvertidos- aupados por Occidente son vistos con recelo por unos grupos rebeldes que deben su obediencia a reivindicaciones regionales (como la de Bengasi, en Cirenaica), étnicas (los bereberes de los montes Nefussa, en el noroeste) o, simplemente tribales.
Dinamitado el difícil e inestable equilibrio intertribal que instauró Gadafi, y que le permitió perpetuarse 42 años en el poder, en Libia se abrió una Caja de Pandora de resultados impredecibles. Emulando además a su odiado líder, los rebeldes mantienen una retórica, la de la revolución inacabada (¿permanente?), que les autojustifica como los últimos garantes en su viaje a ninguna parte. A ello se suma una pulsión islamista que cuenta con muchos seguidores en el país -y con la que el propio régimen gadafista coqueteó en su día- pero que ha dado sobradas muestras en el marco de la Primavera Árabe de su incapacidad para articularse como alternativa estatal viable.
Con su producción petrolera bajo mínimos y asolada por una situación de inseguridad que pone los pelos de punta a propios y extranjeros (estos últimos han tenido la posibilidad de huir), Libia es a día de hoy un caballo desbocado cuyas riendas nunca han podido sujetar las potencias (Francia, Gran Bretaña y, en menor medida, EEUU). Es la antítesis del por algunos anunciado protectorado libio y el espejo en el que Occidente adivina el eventual futuro de Siria en el caso, cada vez más improbable, de que triunfara la actual rebelión en su formato armado y crecientemente yihadista. Una bola de cristal descarnadamente real que explica buena parte de las razones por las que EEUU ha decidido primar una salida diplomática a la crisis siria.