ELDIARIO.ES | Suso de Toro, 2013/10/9
'Isabel' y la 'Shoah'
Hace unos años leí Shoah (Arena Libros), el texto del guión cinematográfico de Claude Lanzmann. Sin las imágenes y sin mayores indicaciones, se trata de las palabras desnudas de los protagonistas del filme, algunos verdugos nazis, algunos vecinos de los campos de exterminio, algunos judíos supervivientes del genocidio de los judíos europeos.
(...) Shoah emociona, claro, y además es una prueba de algo que por ser tan enorme parece increíble y, por lo tanto, fácil de ser negado. (...)
Shoah nos obliga moralmente a asumir nuestra incómoda historia como cristianos o herederos de esa Europa cristiana que solo supo odiar a ese pueblo, ciertamente incómodo, que eran los judíos (...). Por eso me sorprendió gratamente, y me alegró, que el Grupo Popular en el Congreso haya propuesto el estudio del Holocausto judío, aunque el resto de su ley de educación, la LOMCE, sea tan inhumana.
Quiero pensar que lo que mueve a los diputados del PP en este caso es un sincero deseo de evitar algo semejante en el futuro, pero es imposible que no tengamos en cuenta que al mismo tiempo ese partido a través del Gobierno está negando el derecho de las familias de víctimas asesinadas por el fascismo a recuperar sus restos, y que alcaldes y gobernantes de su partido siguen exaltando al fascismo español y reivindicando aún hoy a los asesinos.
El PP es sin duda alguna el partido que aún reivindica a los que iniciaron la guerra, la ganaron y cometieron crímenes contra la humanidad de forma continuada durante años. ¿Cómo se puede comprender que nos recomienden conocer la Shoah pero defiendan los crímenes fascistas en España? Creo que la clave está en la ideología de ese partido, que reúne dos tradiciones de la derecha autoritaria: por un lado, el nacionalcatolicismo españolista con su xenofobia hacia todos lados, empezando por los judíos; y, por otro lado, la nueva derecha neoliberal norteamericana para la que Israel es una piedra de toque. Y no hay duda de que Israel utilizó y utiliza el recuerdo de la Shoah como un instrumento político.
Pero la contradición entre esas dos corrientes se evidencia en Isabel, una serie de TVE que, con grandes medios de producción, glorifica a la Trastámara que con el apoyo de la Iglesia usurpó el trono a su sobrina «dona Johana». Isabel es una de las figuras fundamentales de la imaginería del nacionalismo españolista y la más amada por Franco, con quien se comparaba. (...)
Cuando TVE nos cuente cómo se forjó aquel estado y aquella sociedad limpia racialmente y homogénea religiosamente, tan empobrecida humanamente que en adelante fue incapaz de evolucionar y modernizarse, cuando nos cuente los genocidios de Isabel, creeremos más en la limpieza de intenciones de esos legisladores que nos proponen estudiar la paja en ojo más o menos ajeno.