ENSAYO
Franquismo: silencio y olvido
Mucho se ha hablado y se hablará de los crímenes del franquismo durante y después de la guerra, y de su impunidad puesta en pie por la (auto)amnistía que, al ir acompañada de un pacto de silencio, necesario según decían los artífices de la transición, hizo que los herederos o protagonistas del régimen dictatorial conservasen las riendas del proceso haciendo que ciertas cosas quedasen fuera de cualquier control o de cualquier intento de hallar responsabilidades. El quid de la cuestión reside, como deja ver este necesario libro, en la defensa del silencio y el olvido por parte de unos con la esmerada complicidad de los otros: todo sea por la paz y por la democracia.
Este libro recoge las intervenciones de un seminario que sobre el tema se ha desarrollado en la madrileña Universidad de Carlos III y desde luego no tiene desperdicio, sino que al contrario: tiene mucho beneficio para quienes deseen que la verdad se haga y se publique, que la justicia se aplique y que a las víctimas y familiares de desaparecidos y represaliados se les otorgue aquello que se merecen.
La obra se abre con un repaso a diferentes legislaciones que se han ido elaborando a nivel internacional con respecto a las situaciones posteriores a distintos conflictos tanto de Europa, como de África o Latinoamérica y las dificultades que han ido surgiendo debido a la resistencia de los responsables de distintos desmanes reclamando que la paz exige olvidar, buscando diferentes triquiñuelas legales para dejar sus tropelías fuera de los plazos de aplicación de las legislaciones internacionales. Si este ensayo sirve a modo de aproximación a un nivel general del asunto, el ensayo siguiente irrumpe como un vendaval teñido de verdad, de espíritu reivindicativo, desmontando falacias y poniendo nombres y apellidos a algunos de los responsables de las limitaciones impuestas a la hora de aclarar la verdad. A algún incauto podría sorprenderle que cuando ha gobernado el PSOE las medidas hayan sido más timoratas, desde luego que cuando lo hizo la UCD, y del mismo talante y afán tergiversador que cuando el PP ha llegado a La Moncloa. Francisco Espinosa Maestre pone los puntos sobre las íes acerca de las desapariciones propiciadas por el fascismo alzado (con pruebas abundantes de casos recogidos, en especial, en un par de provincias andaluzas), sus posteriores políticas de ocultación y destrucción de pruebas, ayudadas por el omnipresente aparato de propaganda. Lo más sangrante de todo el repaso es la autonomía que han mantenido los militares y los cuerpos policiales para guardar o perder los archivos y la escandalosa postura del PSOE para no remover estos asuntos. Mención aparte merece el destacado historiador (¿) psoecialista Santos Juliá que, cual experimentado mentiroso, grita mirando hacia otro lado «al mentiroso», mientras él guarda sus vergüenzas y vende una moto inservible.
Como si se hubiera abierto la veda, los artículos posteriores ponen al desnudo las limitaciones de una democracia, la hispana, que elude las leyes internacionales (Carmen Pérez Gonzáles), que oculta y dificulta la aclaración de los casos en las sedes judiciales (Ramón Sáez) proponiendo las vías adecuadas para acelerar las investigaciones (Rosa Ana Alija y Elisenda Calvet), para pasar posteriormente a visitar las leyes argentinas al respecto (Ana Messuti) y concluir con un artículo de Rafael Escudero sobre los desaparecidos y su tratamiento (o falta de él) por parte del Estado, como síntoma de una floja transición y una democracia imperfecta a todas luces.
Una decidida apuesta en la lucha por la verdad, por la justicia y por la debida reparación... siguiendo la vía de Cernuda: «Recuérdalo tú y recuérdalo a otros, / cuando asqueados de la bajeza humana, / cuando iracundos de la dureza humana: / Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola. / Recuérdalo tú y recuérdalo a otros».