A Donostia llegaron, juntos de la mano, Aznar y San Gil, para soltar unas cuantas de esas barbaridades que suelen, insultar a la fuerza política que gobierna en la ciudad que acogió su disertación y, sobre todo, para meterle las gomas a Mariano Rajoy. Porque aunque Pili y Mili se dediquen a hablar de Euskal Herria, Catalunya, del peligro rojoseparatista y demás temas recurrentes de su ajado repertorio, lo que realmente tienen metido entre ceja y ceja es el poder dentro de su partido. Algo que quedaba claro leyendo las crónicas y editoriales de los medios más cercanos a la pareja ultramontana. En «El Mundo» abrían edición afirmando que «Aznar pide a Rajoy que `lidere' a España frente al separatismo», y aseguraban en el editorial que el del expresidente exbigotudo fue «un gran discur- so». Claro que sí, faltaría más. Según el editorialista, que debió escribir la pieza en posición de firmes, «Aznar hizo referencias a la necesidad de un firme liderazgo para combatir estos desafíos, lo que sólo puede ser interpretado como una apelación al presidente del Gobierno para que encabece una reacción en defensa de la Constitución y la unidad de España». Vamos, que fue una intervención reaccionaria. Añade el editorial que «no cabe entender estas contundentes frases más que como un velado reproche a la pasividad de Rajoy». Por contra, para el diario de Pedro J., el terminator de Valladolid «demostró una clarividencia y un coraje moral que hacen falta en la sociedad española». Coraje es lo que hace falta para escribir semejante pastiche.

El editorial de «Libertaddigital» también dejaba claras sus preferencias: «San Gil y Aznar dan otra lección a Rajoy». Para la tropa de Jiménez Losantos, «la que fuera líder del PP vasco y el expresidente del Gobierno han dado toda una lección sobre cómo deben afrontarse tanto el terrorismo como el separatismo en general. Y la lección magistral no puede ser más dolorosa cuando la comparamos con la apatía y la inanidad de la actual clase dirigente en prácticamente todas las instituciones, también en el PP, al que Aznar y San Gil, entre otros, llevaron a un nivel que hoy parece inalcanzable». Para la derecha de la extrema derecha Rajoy es inane. ¿En qué pensaba Aznar cuando le nombró?