La Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (Asviamie) se concentró ayer en apoyo a los familiares del extrabajador de La Naval Rafael Blázquez, fallecido por un mesotelioma a consecuencia del amianto, y personados en una demanda de recargo de prestaciones sociales por no haberse puesto las medidas de protección adecuadas.

La Seguridad Social ya concedió a Blázquez la enfermedad profesional y, sin embargo, el abogado de la misma rechazó el recargo de prestaciones derivado de la falta de seguridad y prevención en el trabajo. Un excompañero del fallecido, Evaristo Arribas, explicó que «trabajaban con mucho y en contacto con el amianto», aunque al abogado de Izar no le pareciera eso, pese a que reconoció que en el astillero hubo mucho amianto.

Tanto el abogado de la Seguridad Social como el de Izar insistieron en que no se conocían los efectos malignos del amianto por parte de las empresas. Sin embargo, la abogada de los familiares del fallecido dijo que «desde el año 40 ya se pedía la prevención ante el amianto» y, además, desde el inicio del siglo se conocía su efecto maligno.