Maite Soroa | msoroa@gara.net
Los catalanes deben dinero a España
La caverna mediática no nacionalista, sino constitucionalista y de centro, no necesita novedad alguna para arremeter contra catalanes y vascos, pero el pasado martes el portavoz del Govern catalán, Francesc Homs, presentó un informe en el que cuantifica el impacto presupuestario de los incumplimientos del Gobierno central hacia Catalunya en 9.375,7 millones de euros, además de reflejar otros incumplimientos no solo económicos, sino también competenciales, que incluyen sentencias firmes del Tribunal Constitucional (TC) a favor de Catalunya y que el Estado continúa sin cumplir. Por supuesto, allende el Ebro se mostraban ofendidos.
«El Mundo» titulaba en portada «Mas cifra el `sufrimiento' de Cataluña en 9.375,7 millones», y en su editorial, titulado «El memorial de agravios de Mas, otra provocación», afirmaba que esa cuantificación del Govern es «una ficción creada a partir de una metodología encaminada a dar el resultado que busca», y aseguraba que lo que ocurre es lo contrario, que es Catalunya la que debe a España; no obstante, España una y grande lo primero, hacía una recomendación: «Si Mas considerara saldados todos los agravios mediante el pago de esos 9.375,7 millones merecería la pena que el Gobierno hiciera el esfuerzo de abonar esa suma». Lo que ocurre es que parece que las cosas ya no van por ahí.
En «Libertaddigital», Pablo Molina calificaba de «melonada tramposa» el informe del Govern, y tras echar cuentas de lo que según él supuso la derogación del trasvase del Ebro, llegaba a la conclusión de que Catalunya debe 45.045 millones de euros a Alicante, Murcia y Almería. Muy gracioso. Lo que pretendía ser una originalidad no llegaba siquiera a melonada tramposa, se quedaba en simple melonada.
Ese mismo diario digital destacaba que ERC pide el indulto para un condenado por hablar en catalán a dos guardias civiles. Claro, les parecerá una barbaridad... la petición de ERC, porque el hecho de que un valenciano sea condenado a seis meses por hablar en catalán a dos guardias civiles en un control en Castelló lo considerarán de lo más normal. Y luego se extrañan de que cada vez más gente se quiera separar de esa España y esas fuerzas de seguridad que tanto les gustan a ellos.