La FAO insta a «repensar» los sistemas alimentarios y a evitar el despilfarro
La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación cifró en 842 millones las personas que sufren de subalimentación crónica. Invitó a «repensar y renovar los sistemas alimentarios desde una perspectiva de la solidaridad, superando la lógica de la explotación».
GARA | WASHINGTON
El director general de la Organización de la ONU para la Agricultura y la alimentación (FAO), José Graziano da Silva, advirtió ayer en la apertura de las actividades con motivo del Día Mundial de la Alimentación 2013 que «es necesario alcanzar sistemas alimentarios más adecuados para lograr seguridad alimentaria». En su intervención, remarcó que a pesar de que la producción alimentaria se ha triplicado y la disponibilidad de alimentos se ha incrementado en más de un 40%, «más de la mitad de la población mundial acusa un consumo alimentario insuficiente. Es escandaloso que ocurra algo así en un mundo donde hay alimentos suficientes para todos. Tenemos la responsabilidad común de modificar este situación y asegurar a todas las personas el acceso a alimentos saludables».
Según las últimas cifras de la FAO, un total de 842 millones de personas en todo el mundo sufren de subalimentación crónica, a la vez que los modelos de desarrollo no sostenibles «están degradando el medio ambiente, amenazando los ecosistemas y la biodiversidad que se necesitarán para el futuro suministro de alimentos». Y de los 2.000 millones de personas con malnutrición en el mundo, el 60% se encuentra en Asia-Pacífico.
En un comunicado divulgado en Bangkok, Hiroyuki Konuma, director para Asia-Pacífico de la FAO, alertó de que la inflación afecta a las clases más pobres y evita acabar con la malnutrición. «Los altos precios de los alimentos, que son un 50% superiores en términos reales en comparación a una década antes, aumentan la vulnerabilidad de los pobres», resaltó Konuma.
Paradójicamente, en el mundo hay «1.400 millones de personas con sobrepeso, de las que 500 millones sufren obesidad y serios riesgos de contraer enfermedades no contagiosas», agregó en referencia a males como la diabetes o la hipertensión.
En el mundo, una de cada ocho personas y uno de cada cuatro niños menores de 5 años padece malnutrición, mientras que 165 millones de infantes nunca desarrollarán su potencial intelectual y físico debido a la carencia de nutrientes.
La embajadora especial de la FAO y primera dama de Perú, Nadine Heredia, aseguró que «no hay fórmula exitosa sin la voluntad política al más alto nivel», y abogó por una «acción integrada multisectorial que incluya a la salud pública y la educación».
Para el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que proporciona ayuda de emergencia a 80 países, es imperativo aumentar el número de madres y niños que reciben productos nutricionales especializados. «Si la comunidad internacional invierte 1,2 millones de dólares por año durante cinco años para reducir las deficiencias de micronutrientes y la mortalidad infantil, el impacto positivo en las ganancias futuras podría llegar a 15,3 mil millones de dólares», indica el PMA, citando a expertos. Abogó por extender el programa de emisión de bonos de ayuda para los países que acogen a refugiados. Puso como ejemplo a Turquía, donde «el Gobierno turco ha invertido junto a las agencias de la ONU en la apertura de tiendas de especias y nosotros damos a cada familia siria refugiada 40 libras turcas para gastar en estos localaes. Este sistema permite ayudar tanto a los refugiados como a las economías locales». Admite, sin embargo, que en algunos escenarios como el de Siria o Mali no es posible aplicarlo. GARA
El papa Francisco denunció «el despilfarro de alimentos» y la mentalidad dominante de considerar el hambre como «un hecho ineluctable» en un mensaje enviado a la FAO con ocasión de la Jornada Mundial de la Alimentación.
