PROCESOS POLÍTICOS EN EUSKAL HERRIA
Las «listas negras» y sus secuelas llegan a la sala
Se ofrecieron a prestar testimonio y el juez Fernando Grande-Marlaska no aceptó recibirles. Meses después, tras denunciar públicamente su situación de riesgo, fueron arrestados. Ayer, el tribunal escuchó su relato de torturas. Un testimonio bien diferente al de aquellos que no fueron incomunicados. La tercera jornada del proceso 26/11 concluyó con las declaraciones de los últimos doce imputados.
Alberto PRADILLA
Denuncié públicamente que estaba en riesgo de ser detenida. Mi abogada intentó que prestase declaración en dos ocasiones». Garbiñe Urra, vecina de Barañain, es una de las jóvenes que se ofreció a presentarse ante el juez Fernando Grande-Marlaska «debido al acoso al que estaba siendo sometida», meses antes de la operación desarrollada el 24 de noviembre de 2009 por Policía española y Guardia Civil.
El magistrado, que dirige el Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional española, lo rechazó. Tiempo después ordenaría su arresto incomunicado, tras el cual la joven denunció haber sido torturada. De hecho, su denuncia se encuentra todavía abierta, después de un largo camino. Como ya ocurrió el lunes y el martes, la tercera jornada del macrosumario 26/11 siguió marcada por los testimonios de malos tratos y las inculpaciones firmadas durante el tiempo que los arrestados permanecieron en comisaría. Una circunstancia ya apuntada el lunes por Ainara Bakedano.
El hecho de que varios de ellos tratasen de presentarse previamente ante el juez evidencia la importancia que tenía la detención para los uniformados, que únicamente lograron que los arrestados admitiesen una militancia en Segi tras forzarles mediante golpes, amenazas y vejaciones. Una realidad que ayer quedó todavía más en evidencia, ya que quienes no fueron incomunicados (como Zuriñea Gojenola, Artzai Santesteban y Fermín Martínez Lakunza, detenidos posteriormente en Italia) nunca aceptaron las tesis construidas por la Policía. Tras Urra, Gojenola, Santesteban, Martínez Lakunza, Carlos Renedo, Jon Liguerzana, Nestor Silva, Jagoba Apaolaza, Zumai Olalde, Amaia Elkano, Itxaso Torregrosa y Oier Zuñiga, el día 24 se reanudará el juicio con la presencia de los policías que dirigieron la investigación.
«La declaración que realicé fue por torturas y malos tratos», sentenció Urra. Un día más, y ya son tres, los terribles relatos condicionaron el ambiente de la sala. «No se me hace fácil hablar sobre ello, pero sé que es importante», reconoció Urra, que avanzó que no daría detalles sobre los malos tratos. Aunque con lo que aportó ya era suficiente. Un relato al que hay que sumar las consecuencias de varios meses de tensión.
«En Madrid estaba muy nerviosa. Oía gritos. Al pasar por mi celda me gritaban y me amenazaban», rememoró. Poco después se iniciarían los interrogatorios y, según sus palabras, «la agonía se hizo realidad». A partir de entonces, enumeró algunos de los tormentos a los que fue sometida: golpes, tocamientos e incluso «la bolsa». «Hice un trato con los policías. Si firmaba la declaración no quería ver a quienes me habían torturado». Ni por esas. Según señaló ante la sala, un policía de unos 50 años, con el pelo canoso, llevaba la voz cantante tras las sesiones de malos tratos. Tras la declaración, los policías dieron una nueva muestra de crueldad. «El que me había torturado se colocó frente a mi, me levantó la capucha que me habían colocado y me dijo que quería que le viese la cara». Según su testimonio, llegó «rota» frente al juez. Sin embargo, negó la declaración policial y denunció los malos tratos. De hecho, su caso está todavía abierto en un juzgado de Madrid y el pasado verano testificó ante un médico forense. Ella no es la única cuya demanda por torturas no se ha resuelto, pese a lo cual se enfrenta a una pena de cárcel.
Tercer día con duros testimonios
El papel de las «listas negras» elaboradas en Nafarroa tras una operación policial desarrollada en 2008 fue lo más relevante de la tercera sesión. Como Urra, otras acusadas (Itxaso Torregrosa o Amaia Elkano, por ejemplo) habían anunciado públicamente, mucho antes de su arresto, su voluntad de testificar. También lo hicieron a través de sus letrados. «Quería declarar en sede judicial porque a las personas que detenían las incomunicaban, las torturaban y la lista crecía», resumió la iruindarra, que ayer denunció haber sufrido malos tratos. Todo ello fue en vano. En lugar de testificar, fueron incomunicados. «Me desmayé varias veces», relató Torregrosa, que en aquel tiempo estaba convaleciente. No fueron las únicas en pronunciar duros testimonios.
Jagoba Apaolaza rememoró haber sido desnudado, obligado a permanecer a cuatro patas y forzado a realizar posturas incómodas mientras era golpeado si sus respuestas no satisfacían a los agentes. Oier Zuñiga, con voz temblorosa, describió haber sido obligado a realizar ejercicio físico, sesiones de bolsa y humillaciones. «Estaba en otro planeta», resumió.
Ante testimonios como los escuchados en las últimas tres jornadas, no resultan extrañas declaraciones como la de Fermín Martínez Lakunza, que explicó que se encontraba en casa de unos amigos la noche en la que la Policía fue a su domicilio. Ante el temor a ser torturado, decidió marchar a Italia «a rehacer mi vida». Allí fue arrestado junto a Artzai Santesteban y Zuriñe Gojenola. Por eso, su acusación se basa en informes acerca de la Asociación de Vecinos de Antsoain, un bar de la localidad o una sociedad. Después de tres días de duros relatos y referencia hacia el actual momento político, quizás el mejor resumen lo realizó Gojenola (quien tuvo que explicar a la traductora que «ukatu», en euskara, significa «negar» y no «ratificar»): «Espero que los que vienen no tengan que pasar lo que nosotros hemos sufrido. Todos podemos hacer mucho para solucionarlo».
La Audiencia Nacional dictó ayer una orden de busca y captura contra los cuatro jóvenes que decidieron no comparecer ante el tribunal especial el primer día del macrojuicio. De este modo, insta a la Policía a arrestar a Irati Mujika, Idoia Iragorri, Unai Ruiz y Goizane Pinedo, que hace tres días defendieron la «desobediencia» en un video hecho público por «Naiz.info» y «Berria».
En caso de que esto ocurriese, estos serían trasladados ante el tribunal, que realizaría una deliberación especial para determinar su situación, lo que implica que existe el riesgo de que fuesen encarcelados, dependiendo de la posición del fiscal Luis Barroso. Por el momento, los jóvenes hicieron pública su intención de no presentarse, al tiempo que hacían un llamamiento a la ciudadanía vasca para pasar de la «solidaridad al compromiso» y poner fin a juicios políticos como el que se desarrolla contra ellos. «El compromiso hacia nuestro pueblo nos llevó a la cárcel y es la rebeldía hacia los estados la que nos empuja a adoptar esta postura. En los últimos años se han tomado decisiones valientes y tenemos las puertas abiertas a la resolución», afirmaron en el video. A.P.
Las pruebas en las que se basa la acusación provocan también momentos surrealistas. Como el interés por un bar de Gasteiz y la vinculación laboral con un imputado. «Ya no tengo relación, solo voy a potear tranquilamente», fue su respuesta.
Una manifestación para denunciar los juicios políticos contra jóvenes independentistas y la estructura político-institucional de la izquierda abertzale (el mal llamado proceso de las «herriko tabernas») tendrá lugar el sábado 26 de octubre en Madrid. Saldrá a las 18.30 de la plaza Tirso de Molina, en Lavapiés, como una más de las iniciativas solidarias desarrolladas en la capital del Estado español.
El lunes, jornada de la primera sesión, se realizó un acto en la parroquia de San Carlos Borromeo, en Vallecas, un referente histórico del movimiento obrero en Madrid. El martes, en el mismo barrio, los acusados ofrecieron una charla sobre la criminalización contra la juventud en la que también intervinieron miembros de Bukaneros, colectivo de apoyo al Rayo Vallecano que ha sufrido también la persecución policial, y Alfon Fernández, joven encarcelado durante mes y medio tras ser arrestado durante la huelga general realizada en el Estado español el 14 de noviembre de 2012. Diariamente, miembros de la plataforma contra los juicios políticos han arropado a los encausados en la Audiencia. Y la indignación ante los duros testimonios de tortura trascendió de San Fermando de Henares, llegando a las redes sociales, donde el hastag «#libre» llegó a ser trending topic en el Estado en algunos momentos. A.P.