RUGIDOS ROJIBLANCOS
Lunes de sopor
Borja IRIZAR Socio del Athletic
El que hubiese pensado que el suplicio rojiblanco de los lunes acabó con los partidos ante el Granada y el Espanyol, olvidaba que a los socios compromisarios nos esperaba este lunes asamblea general ordinaria, la cual se convierte en la reposición anual de la misma película esté la junta directiva que esté, salvando el tema contable que depende de la coyuntura económica.
Porque es cierto que el tema de los números en la misma se convirtió en una auténtica balsa de aceite, y ello porque los dineros ingresados por la partida de todos conocida relucen espléndidos, pero sobre todo porque nuevamente las cuotas no sufren aumento alguno y ello, quieras que no, es de agradecer. En caso contrario habría que ver qué sucedería, porque sabemos que el dinero no es lo más importante, pero sí lo fundamental.
Lo más preocupante en un club que se vanagloria permanentemente de pertenecer a sus socios, es que todas las aportaciones que realizan los socios, con mejor o peor oralidad, son tratadas por las diferentes juntas directivas del mismo modo, pelotazo y hasta la siguiente Lucas, eso sí, con una educación exquisita; será por aquello del `gure estiloa'.
El que esto suscribe -uno de los perpetualizados dirán- lleva desde hace décadas escuchando las súplicas de diferentes socios, algunos ya fallecidos, rogando por un centro de reunión para socios. Y cuando el argumento no era que el anterior campo estaba viejo y saturado, y que en el nuevo sí seguro, ahora te vienen con que a cascarla a Ampuero. La idea es que al final se realiza lo que las diferentes juntas o los rectores que manejan quieren, y gracias y adiós muy buenas.
Cuando se plantea junta sí junta también sobre la obligación impuesta por la Directiva anterior de acceder a la asamblea exclusivamente con el DNI, decisión que motivó en su día una espectacular protesta, incluso por gente que ahora ocupa cargo, se aduce a la ambigüedad de los estatutos según idioma.
Si se plantea la falta de respeto y consideración al permitir ejercer el derecho a voto sin ni siquiera haber escuchado la salutación del presidente -tambien impuesto por la junta anterior con la por lo menos oposición aparente de miembros de la anterior junta- se justifica en que lo malo sería obligar a votar en dicho momento a todos.
Si un socio plantea la posiblidad de comunicar al proveedor de las equipaciones la posibilidad de poner nuestra bandera nacional como hacen en otros herrialdes y deportes, el secretario, además de contestar que se toma nota de la propuesta y que se estudiará, mea fuera del tiesto comportándose como un socio populista y no como un representante del club poniendo en duda la vasquidad de los demás. ¿Que opinará Esait?
Si se plantea... sí, muy bien, es una propuesta interesante, la estudiaremos, vuelva usted mañana, y al año siguiente, esté la Directiva que esté, los socios, los «legítimos dueños del club», plantearán las mismas cosas porque seguirán en estudio... y pelotazo fuera. Esa fue la asamblea. Alquien pensará que solucionamos la crisis presupuestaria yanqui, y en términos generales, con la salvedad de la coyuntura económica, esa será la del próximo año, la Asamblea General Ordinaria de los dueños del club. Masocas sin remedio. Pero esto sí, todo lo dicho aquí no es más que una opinión personal.