La Policía anunció el hallazgo del cadáver de un uzbeko muerto a puñaladas en el barrio de Biriulevo (sur de Moscú) escenario el pasado fin de semana de pogromos contra inmigrantes.

El hombre, natural de Uzbekistán y de 51 años de edad, presentaba múltiples puñaladas en su cuerpo que le causaron la muerte.

La muerte también por apuñalamiento de un joven ruso provocó la ira de vecinos, incitados por grupos panrusos y xenófobos, contra la población no rusa, tanto caucásica como de Asia Central.

El Kremlin reaccionó con una redada masiva contra las víctimas de los pogromos y con la detención de un sospechoso, de nacionalidad azerí, del ataque mortal contra el joven ruso.

Siempre según la Policía, el detenido habría reconocido durante su interrogatorio la autoría del ataque.

El mercado mayorista de Biriulevo, que suministra frutas y legumbres a Moscú y objetivo de los ataques racistas, permanecía ayer cerrado.