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Lo que teme el Estado es el proyecto

La Audiencia Nacional, heredera natural del Tribunal de Orden Público y de su reaccionaria razón de ser, ha acogido muchos juicios en los que la motivación política era su principal ingrediente, cuando no el único. Esta práctica se ha acentuado en la última década, en la que se han celebrado macrosumarios contra organismos, asociaciones y empresas vinculadas –o no– a la izquierda independentista, un hecho que ha sido denunciado repetidamente por la sociedad vasca. Con estos antecedentes, el sumario 35/02, cuya vista oral comenzó ayer, es el paradigma de los procesos políticos promovidos por el tribunal especial español. Lo es porque bajo el paraguas de una actuación contra las herriko tabernas, igualmente reprobable, lo que se está sometiendo a juicio es el trabajo y la lucha histórica de la izquierda abertzale en la consecución de sus objetivos políticos y sociales.
Quienes se sientan en el banquillo representan o han representado durante años a ese movimiento, varios de ellos han ejercido de portavoces del mismo y entre los imputados e imputadas se cuentan personas que han ostentado cargos públicos en su nombre. Lo que se está celebrando en San Fernando de Henares es una causa general contra la izquierda abertzale y todo lo que esta representa, incluidos sus logros y objetivos.
Sin embargo, este juicio encierra también una paradoja, y es que el simple hecho de que se lleve a cabo da la razón a la izquierda abertzale en uno de sus principales argumentos, aquel que sostiene que en el Estado español no hay democracia y que el actual marco es una cárcel para quienes defienden una Euskal Herria libre, socialista y euskaldun. Igual que sucede en el proceso contra el movimiento juvenil, en esta causa no se expondrá ninguna actuación delictiva, no se dará cuenta de ningún acto punible, porque no lo hay. Los encausados lo son por su militancia política, y que después de once años la vista se celebre cuando la actividad armada de ETA ha desaparecido definitivamente demuestra que lo que en verdad causa pavor a Madrid es el proyecto que esas 36 personas defienden, y que cada vez más gente asume como propio en este país.

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