La expulsión de una adolescente gitana causa indignación y divide al PS francés
La izquierda francesa atraviesa una de las peores crisis políticas desde su regreso al poder en 2012 tras la controvertida expulsión de una joven gitana oriunda de Kosovo que puso en evidencia divisiones internas sobre la política migratoria y la figura del ministro del Interior.
GARA | PARÍS
La detención el 9 de octubre en un autobús escolar de Leonarda Dibrani, una adolescente de 15 años inscrita desde hace cuatro en una escuela del este del Estado francés, hizo añicos la unidad en filas del Partido Socialista del presidente François Hollande, debilitado tras 17 meses de ejercicio del poder con niveles de popularidad históricamente bajos para un jefe de Estado francés desde 1996.
Ayer, miles de estudiantes salieron al ruedo del debate bloqueando los ingresos de sus liceos en París y otras regiones del país, para reclamar el retorno de los expulsados.
Además del retorno de Leonarda, los estudiantes exigen el regreso de Khatchik Kachatryan, un joven armenio de 19 años escolarizado en París y deportado el pasado sábado.
«Regreso de Khatchik y Leonarda, su lugar está aquí», clamaron durante una bulliciosa manifestación frente al liceo Charlemagne. Sentadas, accesos bloqueados y manifestaciones en el centro de París. En una veintena de establecimientos de enseñanza estatales sobre un total de cien hubo protestas.
«La mayoría gubernamental a sangre y fuego», «Llamado a renuncia» del ministro del Interior, administración «escandalosa e inhumana»: la prensa, el Partido Socialista y la oposición de derecha e izquierda criticaron ayer la gestión del Gobierno y en particular del ministro del Interior, Manuel Valls, la figura política favorita de los franceses según las encuestas.
François Hollande aún no se ha expresado sobre el tema. El miércoles, el jefe del Gobierno Jean-Marc Ayrault, intentó calmar ánimos al anunciar que Dibrani podría regresar si se comprueba que las autoridades cometieron alguna «falta».
Blanco de duros ataques, algunos miembros de su propio partido acusan a Valls, hijo de inmigrantes, de hacer una política de derecha en materia migratoria. Valls se defiende afirmando que es «de izquierda» y favorable a una «política de integración». En setiembre pasado exasperó a buena parte de la izquierda al poner en tela de juicio la capacidad y la voluntad de integración de los 20.000 gitanos que viven en el Estado francés.
El miércoles, la portavoz del Gobierno Najat Vallaud-Belkacem estimó que «las acusaciones contra Valls son totalmente descabelladas» y señaló a la policía local por un mal manejo de este caso.
Desde Mitrovica, en Kosovo, Dibrani multiplicó entrevistas a medios franceses para relatar su historia y rogar que la dejen regresar al Estado francés para volver a la escuela.
El portavoz del PS, David Assouline, consideró «insoportable e inadmisible» la detención de la estudiante. El diputado socialista Pouria Amirshahi expresó su «horror» y exigió el «retorno inmediato» de Leonarda y su familia.