El SNP mira «adelante», hacia un año por el «sí» a la independencia de Escocia
El Scotish National Party celebra este fin de semana su última conferencia nacional antes del referéndum por la independencia de Escocia en setiembre del 2014. 50 diplomáticos de todo el mundo, más del triple que el año pasado, no han querido perderse la cita.
Aitor AGIRREZABAL | PERTH
El primer ministro y líder del Partido Nacional Escocés, Alex Salmond, abrió ayer la 79 Conferencia Anual Nacional del Scotish National Party (SNP) en Perth, asegurando que la independencia se logrará en caso de que la gente confíe en el Parlamento escocés en lugar de en Westminster para tomar las mejores decisiones para Escocia.
Bajo el lema «Adelante», Perth, localidad situada en el centro de Escocia, acoge desde ayer y hasta el domingo la conferencia del partido independentista. En el discurso de apertura, Salmond apuntó que una «mayoría natural» apoya la independencia y que por ello confía en que de las urnas nazca un nuevo estado.
El comienzo del congreso que se celebra durante este fin de semana se centró en remarcar los argumentos expuestos por la campaña del «sí». Pese a la confianza de Salmond en el resultado del referéndum, las últimas encuestas no son muy optimistas acerca del devenir de Escocia fuera de Gran Bretaña.
Durante el pasado mes de setiembre se publicaron diversos sondeos, y solo el ofrecido por el propio SNP era favorable a la independencia. Sin embargo, resta un año y se muestran optimistas. «Creo que la gente va a elegir la esperanza, antes que el miedo que ofrece el `no'», afirmó Salmond.
En su discurso de apertura tampoco se olvidó de lo que se ha denominado como «proyecto miedo», a favor del «no». «No pueden negar la viabilidad económica y el potencial de Escocia».
Viabilidad económica
Este es el punto que preocupa a la población. Las posibilidades de una Escocia independiente para reforzarse como país.
Ante ello Salmond señaló que Escocia es el mayor productor de petróleo de la Unión Europea, y no quiso olvidar, entre otras, la industria o el turismo, que según el primer ministro emplea a unas 200.000 personas.
«Incluso los más acérrimos opositores a la independencia de Escocia están de acuerdo en que Escocia tiene lo que se necesita». En el camino para convencer a la cantidad de indecisos de cara al referéndum, ofrecer garantías sobre la prosperidad económica, debería decantar la balanza hacia uno u otro lado.
El presidente del SNP quiso alejar el camino al referéndum de una campaña de partidos políticos, asegurando que no es una victoria de su partido lo que busca, y que incluso si el «sí» ganase, se plantean volver a preguntar a la población quién debe gobernar el país. «No pretendemos que el SNP sea el gobierno de una Escocia independiente. Vamos a estar disponibles, estaremos dispuestos a servir, pero el punto de la independencia es que la gente en Escocia pueda elegir su futuro y su gobierno», afirmó.
Gran expectación
El primer ministro escocés argumentó que seguir unidos a Westminster significa que Escocia esté sujeta a políticas que llegan desde Londres. «¿Dónde se deben tomar las decisiones? ¿En el Parlamento de Escocia, o en un sistema de Westminster que rara vez representa los votos o los valores de las personas que viven y trabajan aquí?», finalizó el primer ministro escocés.
Queda por delante un año trascendental para Escocia y con eco en el resto del mundo. Prueba de ello es que más de 50 diplomáticos de todo el mundo estarán presentes estos días en la conferencia. Una cantidad relevante, ya que triplica el número de invitados que acudió a la cita del año pasado.
Representantes de los consulados o embajadas de EEUU, Rusia, Japón, Alemania o del Estado español llegaron ayer a la ciudad escocesa. Entre ellos también se encontraba la representación de Canadá, que atrajo muchos focos que respondían a los diversos referéndums llevados a cabo en Quebec. Un nuevo año comienza para Escocia.
El SNP insistió en que una Escocia independiente «será miembro de pleno derecho de las instituciones internacionales», refiriéndose a la Unión Europea y la OTAN, con cuyos representantes también se han reunido miembros del partido.
La viceprimera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, se mostró optimista y recordó que un año antes de llegar al poder en 2011 las encuestas también les daban 15 puntos por debajo de los laboristas.