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Freddy Gutiérrez Trejo | Abogado

Asier Guridi, otra libertad truncada

El abogado venezolano que defiende al militante vasco, Asier Guridi, expone en sus líneas la trayectoria política y las razones que llevaron a su defendido a «burlar» diferentes cercos y a buscar «un cielo y una tierra» en la República Bolivariana de Venezuela para desarrollar su vida en paz como cualquier mortal común y corriente. Aunque la amenaza de una extradición express sigue ahí, cree que se le concederá el asilo.

Asier Guridi Zaloña es un hijo de Euskal Herria, sus ancestros están enterrados en el ducado de Vasconia cuyos habitantes montañeses derrotaron en el siglo VII a los ejércitos de Carlomagno en Rocensvalles, y se convirtieron después en el reino de Navarra. En esas tierras se han entendido desde tiempos inmemoriales en euskera, su idioma, y han levantado sus banderas. A Asier le ha tocado poner frente a frente, como lo dijo alguna vez Jean-Paul Sartre, la universalidad abstracta del humanismo burgués, a la universalidad singular del pueblo vasco. Los representantes de Juan Carlos de Borbón lo han privado de la libertad en Venezuela, pero aquí hay quien lo defienda.

Yo no me imaginé que me tocaría enfrentar responsabilidades curiosas en diferentes momentos, sólo ayer me tocó defender a militares y civiles insurgentes: Chávez Frías, Arias Cárdenas, Visconti Osorio, Castro Soteldo, Alastre, Márquez, Valderrama, Duarte Mariño, Torres Numberg, Blanco Lacruz, Garrido, tanto el coronel de la aviación como a Caricuao el civil Jesús María López, Juan Ramón Mena, Freddy Bernal, tantos y tantos otros. Decía que no me imaginé jamás, que hoy tuviera que defender a presos políticos de izquierda, por un grupo que tiene la responsabilidad de dar continuidad a las ideas libertarias que les dieron origen.

Hace poco más de dos años, quien fuera Ministro de Relaciones Interiores y ahora Gobernador de Aragua, instrumentó la captura del periodista sueco Joaquín Pérez Becerra, amigo del proceso bolivariano. El Estado venezolano lo entregó a las autoridades colombianas que lo perseguían, y lo calificó como uno de lo terroristas más buscados del mundo. Ahora Joaquín está en Colombia tras las rejas, en la cárcel de La Picota. Algo semejante han estado haciendo con Julián Conrado, quien lleva más de ochocientos cincuenta días preso arbitrariamente, está recluido en la Dirección de Inteligencia Militar, y vive su vía crucis o virtual secuestro, con dignidad, por el respaldo decidido de gente de dentro y fuera del país.

Asier Guridi es vasco, nacido en Oñate, Guipúzcoa y adhiere la política de la izquierda abertzale. En lengua castellana: amante de la patria. Militando en esa tendencia, ha participado en reuniones, conferencias, congresos, debates asociados a derechos civiles, económicos, sociales y culturales, y en manifestaciones públicas, pacíficas y sin armas. Como sucede en todas partes del mundo, muchas veces estos pronunciamientos giran hacia situaciones de forcejeos en los que nunca falta algún vidrio roto, un lesionado, una urticaria por bombas lacrimógenas, y daños a la propiedad no premeditados.

En lengua vasca, a manifestaciones como las descritas se las llama «kale borroka», las cuales son frecuentes cuando un político de izquierda es seguido, perseguido y capturado sin justificación alguna. Asier es una persona sensible y solidaria quien no se amilana para respaldar a sus paisanos y, justamente, en una de esas manifestaciones lo localizaron, aislaron y persiguieron. De hecho, después de la movilización estuvo con sus familiares, pero más tarde, al salir de su hogar, lo rodearon varios hombres armados que se identificaron como guardias civiles, lo golpearon, le impidieron regresar a la casa, lo metieron a la fuerza en un carro, le ordenaron cerrar los ojos y agacharse y no gritar, no podía ni siquiera quejarse a pesar de los golpes despiadados que estaba recibiendo en la cara y en todo el cuerpo.

Eso fue sólo el principio, durante la navidad de 1992, pues al llegar al lugar que se conoce como el Antiguo de Donostia, fue incomunicado, las amenazas de agredir a su familia se sucedieron continuamente desde el comienzo hasta el final. Además, sin misericordia alguna, fue sometido a torturas como ahogamiento mediante bolsas en la cara, sumersión de la cara en la bañera hasta los más altos grados de asfixia, aplicación de electrodos en todo el cuerpo, ensañándose especialmente en los espacios entre las piernas, así fue la violencia en Donostia, y no menos intensa la violencia que se descargó sobre su humanidad en Madrid.

Privado de la libertad estuvo en Alcalá-Meco, Alcázar de San Juan, Ceuta, Puerto I, Puerto II, Córdoba, Ocaña, Valdemoro, Burgos, Iruñea y Martutene. En estas cárceles, por donde iba siendo rotado, recibió tratos crueles y degradantes, estuvo aislado de sus familiares y de sus amigos, y siempre expuesta su integridad física y su vida.

Se ha acuñado el dicho popular según el cual el primer deber del preso es fugarse, y el deber del custodio es que no se fugue. Yo añado que esa expresión es casi una obligación cuando la detención es, a todas luces, arbitraria. Pues bien, Asier Guridi pudo burlar los diferentes cercos, y buscar un cielo y una tierra en la que pudiera desarrollar su vida en paz como cualquier mortal común y corriente. En el marco de esa circunstancia llega a la República Bolivariana de Venezuela.

En este país se residencia en el estado Aragua, se enamora, se casa con la venezolana María Alejandra, decide levantar una familia, tienen un hijo que se llama Ibán, quien es un niño jugador de «Foot Ball», es fanático del equipo vino tinto, admira a Arango quien también nació en el mismo estado donde él nació, y es fanático, igualmente, del equipo guipuzcoano Real Sociedad, que es uno de los mejores equipos vascos del cual es seguidor su padre.

Precisamente, Asier, María Alejandra su esposa, quien es médico, e Ibán, como lo hacían todos los días, se trasladaron en la mañana del viernes 20 de septiembre a la escuela del hijo en Turmero. Cuando se bajaron todos para dejar a buen recaudo al niño en su aula, lo interceptaron un grupo de policías que se identificó como de Interpol, lo condujo a un Jeep, y lo trasladaron a Caracas. En la tarde, los medios de comunicación, tanto en Venezuela como en España, trasmitían la noticia según la cual en una operación conjunta entre los organismos de seguridad de España, de Francia, y de Venezuela, habían capturado a un terrorista.

Durante el día sábado nos comentaron que estaban elaborando los protocolos para el traslado al país de origen, en lo que hubiera constituido una extradición «express», abiertamente ilegal, (como la de Pérez Becerra), entre otras razones, porque España es el país que lo persigue. De este modo, se hubiese contravenido tanto la legislación venezolana, los tratados internacionales de los cuales Venezuela es parte, y la costumbre inveterada de concesión de asilo a quien es perseguido político.

Afortunadamente la acción de sus familiares, de sus amigos en Venezuela, de sus compatriotas del mundo que viven en carne propia la diáspora vasca, y de venezolanos que entienden la significación histórica del Derecho de Asilo, como una conquista de la humanidad, y de la política en su sentido más comprometido y profundo, han impedido hasta este momento que se ejecute el disparate de la extradición. Todavía esa amenaza no está conjurada, pero lo vamos a lograr. Además lograremos la reunificación de su familia, su libertad, y el asilo que le corresponde. Hay un grupo resuelto a acompañarlo en estos episodios, toda vez que Asier es un político auténtico que, por serlo, está asistido por la razón y el derecho. No debería estar preso un día más, y debería concederse ya el asilo.

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