La visita al Huesca (20.00, García y Marín -Catalunya-) representa otra buena oportunidad de seguir aprendiendo a adaptarse a la Liga Asobal, pero también de mostrar si Bidasoa es capaz de ir reflejando en la pista las lecciones que ya ha recibido en jornadas anteriores, como la de gestionar con más éxito finales apretados en el marcador.

En su comparecencia semanal prepartido del jueves, Fernando Bolea se mostraba tranquilo y moderadamente satisfecho con la progresión del equipo, aunque todavía no se haya visto reflejada en el casillero de puntos -«quiero pensar que pronto tendremos recompensa», señalaba el entrenador maño-. Bolea subrayaba los aspectos positivos, que el equipo está plantando cara, y espera que las reincorporaciones de Alvarez -que se espera pronto- y Vidal, e incluso el fichaje de otro primera línea -«parece que podemos hacerlo, pero tiene que ser alguien que aporte, bueno, bonito y barato, y como será alguien desconocido tenemos que recopilar información, ver videos... antes de tomar una decisión»-, proporcionen ese plus que ahora le está faltando sobre todo a la primera línea, que llega algo cansada a los finales de partido.

El Huesca es un hueso duro de roer, pero sus tres partidos de casa se han resuelto por un gol de diferencia (dos victorias y una derrota). El triunfo de la pasada jornada en Iruñea le ha llevado hasta el 5º puesto, con 7 puntos, mientras Bidasoa confía en que, si sigue defendiendo, y a la vez logra ir mejorando en ataque, acabará puntuando.

Hoy podría darse el caso pero, aún perdiendo, si el equipo sigue progresando en esta línea, Bolea lo daría por bueno. Ya llegará el momento de agobiarse un poco más, pero no será hoy.