Final del Bizkaia del Cinco y Medio
Una defensa universal
Aimar Olaizola y David Merino formaron un muro infranqueable que llegó a desesperar a Berasaluze II y Barriola, que nunca supieron por dónde atacarles. El de Goizueta demostró su tremenda versatilidad.
OLAIZOLA II-MERINO II 22
BERASALUZE-BARRIOLA 11
Jon ORMAZABAL
Ahora que los estelares de los festivales han mudado del parejas al individual y de toda la cancha al acotado, se hacen más evidentes las carencias de unos y otros cuando se ven obligados a jugar más o menos lejos del frontis. Considerando esto del cinco y medio una combinación entre los partidos habituales por parejas y la jaula individual, lo que, por si había alguna duda, parece más que evidente es que Aimar Olaizola es una especie de «pelotari universal», de prenda de talla única, de extrema versatilidad, capaz de amoldarse a cualquier circunstancia en cualquier momento.
Con su estreno en el Cuatro y Medio a la vuelta de la esquina, el de ayer era un buen test para ver el acoplamiento del de Goizueta a la nueva distancia, pero el campeón manomanista volvió a evidenciar que no lo necesita. Quizá ayer no estuvo excesivamente brillante en el remate, pero sí con el saque -a pesar de que no consiguió ningún tanto directo- y sobre todo con una defensa que llegó a desesperar a una pareja del calibre de Berasaluze y Barriola. Si, encima, como compañero tiene a un David Merino en gran forma, que cubre tanta cancha y con esa zurda privilegiada, la combinación puede llegar hasta a parecer excesiva para el bien del espectáculo en general.
Sin continuidad
Porque aunque las empresas puedan tener la tentación de ir incorporando este acotado por parejas con cada vez más peso al calendario anual, las sensaciones que deja esta todavía novel disciplina este año no son, para nada, tan positivas como las de la anterior edición.
Si en enero todos los partidos destacaron por su igualdad, este año los partidos se han roto demasiado pronto y de esta manera su atractivo decae bastante. En la final de ayer, los colorados dejaron el choque sentenciado prácticamente desde el inicio con un parcial de 10-3. A pesar de la ilusión de Berasaluze en su vuelta al Bizkaia, entre que Abel Barriola dejó de llevar tres pelotas de izquierda que no parecían tener excesiva carga -fueron sus tres únicos fallos en todo el partido-, que tampoco supo sacar todo el provecho a los cinco cuadros y medio y que la defensa colorada se mostró infranqueable, Olaizola II y Merino se fueron en el marcador.
Con una pelota de mayor salida y a base de que el de Berriz insistiera con los ganchos, cruzó alguno precioso, los azules tuvieron un conato de reacción, para acercarse 12-8. Pero Merino, entonado también en ataque, la frenó con una cortada y los favoritos volvieron a escaparse, esta vez definitivamente.
No fue que el de Berriz y el de Leitza no lo intentaron, pero los colorados no estaban por la labor y Olaizola II cometió su único error con 21-10 en el marcador, mientras que la defensa de los ganadores obligó a Berasaluze a arriesgar en exceso.
Sin demasiadas oportunidades durante el año, el Cuatro y Medio es una especie de examen anual para Ekaitz Saralegi en el que el de Amezketa suele tener que labrarse el futuro. No llegó el guipuzcoano en las mejores condiciones a Balmaseda y un boyante Mikel Urrutikoetxea no parecía el rival más apropiado, pero Saralegi supo ejercer de especialista y se enfrentará a Titín III, en el que pudiera ser el último partido.
Manteniendo a su rival lejos del frontis, Mikel Urrutikoetxea comenzó mandando en la cancha 0-4. Pero una falta de saque le dio la iniciativa a Saralegi, que amparado en sus envenenados saques y su acierto rematador, supo atar en corto al vizcaino y conseguir un contundente triunfo 22-13. J.O.