La Real demostró ayer la importancia que tiene para este equipo adelantarse en el marcador. Había sido inferior hasta ese momento y apenas había inquietado con una falta lanzada por Griezmann, que marcó en la primera oportunidad clara de su equipo y a partir de ahí los de Jagoba Arrasate se crecieron, se parecieron al equipo de la pasada temporada, defendieron sin sufrir y a la contra crearon ocasiones suficientes para ganar con más claridad.

El partido se pareció a los jugados en el comienzo de la temporada ante Getafe y Olympique de Lyon, los únicos en los que los de Arrasate habían conseguido ponerse por delante. A la Real le cuesta arrancar, salió mal, pero esta vez tuvo la fortuna de que el árbitro sancionó una falta muy rigurosa a Jonás en un salto con Carlos Martínez y anuló su gol en un saque de esquina y Griezmann acertó con la primera ocasión clara para poner a su equipo con ventaja.

Pareció que al tocar el balón se activó un sistema que inclinaba el campo a favor de la Real, que parecía jugar cuesta abajo. Aunque ya antes del gol había empezado a combinar mejor, tras verse por delante el equipo pareció liberarse de una pesada losa y jugó con alegría y con más confianza. Enseguida tuvo una clara oportunidad de Agirretxe en una contra iniciada por Griezmann y bien conducida por Vela, nada más volver del descanso el usurbildarra volvió a desperdiciar una clara opción y enseguida, en otra jugada iniciada por Vela, llegó el buen disparo de Pardo que resultó definitivo para un Valencia que se vino abajo y no inquietó. El gol en el último minuto de Pabón no sirvió ni para dar emoción al partido porque enseguida Hernández Hernández pitó el final.

Como el año pasado

Lo más importante es que se vio ayer a la Real del año pasado, a la que parece que le favorece jugar de naranja en la tierra de los naranjos. Los de Arrasate no son defensivamente buenos, dejan jugar demasiado a su rival, pero se juntan bien en las posiciones cercanas al área y su disciplina, las ayudas que llegan del espíritu solidario que trasmite el equipo y el buen nivel de los dos centrales y de Carlos Martínez en los balones aéreos basta para no conceder ocasiones.

La Real defendió mal en los primeros 25 minutos, en los que concedió disparos peligrosos desde posiciones cercanas al área. En uno de ellos Bravo despejó mal hacia el centro y Carlos Martínez rondó el penalti al intentar evitar que aprovechara el rechace Helder Postiga. Pero a partir de ahí protegió mejor las posiciones centrales y no sufrió.

Arrasate volvió a jugar con un claro 4-2-3-1 con Pardo a la misma altura de Markel y el riojano demostró que está capacitado para sustituir a Illarramendi en esa demarcación. Tácticamente y defensivamente no es tan bueno, pero ha mejorado en el aspecto físico y en la agresividad y tiene más llegada. El mutrikuarra se fue de la Real sin marcar ningún gol y el riojano logró ayer su segundo en las pocas oportunidades que ha tenido.

Y eso es importante porque el pivote ofensivo debe tener llegada y disparo. Demostró en el gol su buen golpeo de balón y eso también le debe dar confianza para el futuro.

La que le falta a Agirretxe. Su desacierto en las dos oportunidades claras que tuvo amplió su sequía goleadora un partido más y el gesto que recogió la televisión al fallar la segunda fue preocupante. Necesita un gol tanto como necesitaba la Real la victoria ayer y nada mejor que conseguirlo el miércoles en Old Trafford, aunque es previsible que de salida juegue Seferovic.

La victoria de ayer es importantísima para cargar de ilusión las motxilas de los 6.000 seguidores blanquiazules que se van a desplazar en Manchester. Unir una segunda victoria a la de ayer enterraría la crisis de resultados del segundo bloque de partidos y vendría fenomenal para el futuro porque ésta es una temporada para disfrutar.