El Estado francés se molesta ante el caso de espionaje de la NSA
Ayer se vivió un nuevo capítulo relacionado con la operación de espionaje masivo desarrollado por la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense. El diario «Le Monde» anunció que la NSA interceptó más de 70 millones de comunicaciones en el Estado francés.
Koldo LANDALUZE | DONOSTIA
Según reveló ayer el diario «Le Monde», Estados Unidos habría interceptado más de 70 millones de comunicaciones de ciudadanos del Estado francés en un período que no excedería los 30 días. Esta información, basada en documentos de la propia Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, provocó una respuesta inmediata del ejecutivo de Francois Hollande el cual exigió un encuentro inmediato con el embajador de Estados Unidos en París. Laurent Fabius, quien ejerció funciones de portavoz, aseguró que este episodio de espionaje «entre socios» resultaba «inadmisible».
Según revela la información publicada por el diario galo, que incluye entre sus fuentes el inagotable caudal proporcionado por Edward Snowden, las 70,3 millones de interceptaciones ordenadas por el NSA se ejecutaron entre el 10 de diciembre y el 8 de enero, con una media de tres millones diarias, aunque la cifra se dispara hasta los casi siete millones tanto el 24 de diciembre como el 7 de enero.
Entre los objetivos principales de la agencia norteamericana se encontraban personas tildadas de ser sospechosas debido a supuestas relaciones con «actividades de índole terrorista» y personalidades del mundo empresarial, político o de la propia administración del Estado francés.
El artículo también nos descubre que este espionaje masivo se realizaba a través de mecánicas de grabación automática de las conversaciones y de los mensajes cuando se activaba un determinado número de teléfono. También eran interceptados los mensajes de texto (SMS) en los que se incluían ciertas palabras clave.
En cuanto «Le Monde» dio a conocer sus titulares, el Gabinete de Hollande no ocultó su evidente malestar y fue su canciller, Laurent Fabius, el encargado de transmitir este enfado en términos como «este tipo de prácticas entre socios, que atentan contra la vida privada, son totalmente inaceptables. Hay que asegurarse muy rápidamente de que, en cualquier caso, no se lleven más a cabo».