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Nagore Mujika, Ainara Esteran Miembros de la Fundación Egiari Zor

«Egiari zor»

Sois el ejemplo de que quien desea de verdad una solución justa, no pone obstáculos, sino que se esfuerza por apartarlos

Estas últimas semanas cargadas de iniciativas contrapuestas, esbozan con claridad la apuesta de cada uno. Mientras una parte de la sociedad vasca y agentes internacionales trabajan con ahínco en la búsqueda de espacios y encuentros que nos permitan a todas y todos recorrer la senda hacia la paz, otra parte parece estar más preocupada en cómo gestionar desde su pequeña parcela de poder su protagonismo personal, obviando el clamor social que exige a sus representantes políticos altura de miras, compromiso sincero y esfuerzo en aras de conseguir una solución justa , democrática y definitiva para nuestro pueblo.

Sobra decir que mientras unos siembran y otros se deleitan mirándose al espejo, hay quien desde posiciones activas tiene como único objetivo incidir negativamente para intentar detener y destruir el empuje y la esperanza de quienes apostamos por una solución justa para un largo conflicto de trágicas consecuencias. Nada nuevo.

Estos días que vivimos son la prueba fehaciente de que no debemos quedarnos mirando al estado, ni debemos, ni podemos. Quienes hemos sufrido en carne propia la parte más desgarradora de este conflicto, quienes han sido elegidos por la ciudadanía para dirigir y gestionar sus instituciones, quienes deseamos una Euskal Herria en paz tenemos una gran responsabilidad ineludible. La construcción de la paz es una cuestión de todos.

Afortunadamente hay quien se mueve. El jueves pasado expertos internacionales en resolución de conflictos ofrecieron una interesante conferencia sobre Justicia Transicional en Donostia, destacando la necesidad de crear una Comisión de la Verdad que actúe sobre las consecuencias del conflicto en el ámbito de todas las vulneraciones de los DDHH sin excepción acontecidas en este contexto; presentaron una propuesta necesaria para poder abordar esta cuestión que sin duda es un elemento esencial más de la solución del conflicto, como así nos lo ha demostrado el ejemplo de otros pueblos y naciones.

Sudamérica, un continente que algo sabe de sufrimiento mira hacia aquí, se nos une; coincidiendo con la conferencia de Donostia, en Ciudad de México dieciocho grandes líderes latinoamericanos, de diez países diferentes, han suscrito la hoja de ruta de Aiete. Esta iniciativa cargada de contenido supone además, como así hicieron público, el inicio de una campaña que incluirá recogidas de firmas populares en apoyo a la vía de Aiete y el impulso de todo tipo de iniciativas para respaldar un proceso de soluciones al conflicto político que vivimos aquí en Euskal Herria.

Alcaldes de distintas ciudades de todo el mundo, asesores y expertos internacionales se reunieron hace unos días también en Donostia para debatir sobre las aportaciones de las instituciones locales a los procesos de resolución de conflictos y su resultado superó todas las expectativas.

Quienes suscribimos este escrito queremos agradecer en nombre de la fundación Egiari Zor, todas estas iniciativas orientadas a sumar por la paz, por la justicia y por la solución democrática, poniendo el acento sobre la generosidad de familiares de personas asesinadas que realmente nos emociona y nos dan a todos una verdadera lección de compromiso con la paz, con la memoria de sus familiares y su dignidad.

Gracias a la familia Iantzi, Zabala, Lasa, Galdeano, Muguruza, Arregi, Kastresana, Ojeda, Alvarez Peña, Mujika Zumeta, Martinez de Murgia, Geresta, Sainz Olmos, Gaztelumendi, Hernando, Bustinza, Asensio, Perez Revilla, Zeberio, Perez Sever, Lopategi, Alberdi, Gurmindo, Goikoetxea, Martin, Gomez, Rike, Asurmendi, Fernandez, Etxeberria, Luis, Arsuaga, Isasi, Mariñelarena, Olhagarai...y tantos y tantos mas... Gracias a todos.

Gracias porque con vuestra determinación para que nadie más sufra lo que vosotras habéis vivido, contribuís a la memoria y dignidad de quienes perdieron la vida, a sacar a la luz la desgarradora realidad que lleváis sufriendo durante décadas y que algunos aun a día de hoy se niegan a abordar en mesas políticas. Gracias a las familias de las 494 personas que han perdido la vida a manos de la violencia del Estado o en el contexto del conflicto.

Con el deseo de que esta actitud constructiva, esta dedicación altruista invada a otros sectores de nuestra sociedad que mantienen una conducta irresponsable, negándose a compartir espacios, a buscar consensos, soluciones... invocando a un suelo ético del que están muy lejos.

Cuando personas como vosotras, que habéis sufrido en nombre propio el lado más feroz y desgarrador de este conflicto décadas de ensañamiento contra vuestros familiares asesinados, y la negación mas inhumana de vuestro propio sufrimiento, demostráis que sois capaces de aportar desde vuestra condición y experiencia vital a la paz, sin por supuesto renunciar a quienes fueron vuestros familiares, a sus ideas, a las vuestras... ¿qué impide a políticos y representantes institucionales de nuestro pueblo sentarse en torno a una mesa para hablar? Sois el ejemplo de que quien desea de verdad una solución justa, no pone obstáculos, sino que se esfuerza por apartarlos.

Cuando hay voluntad todo es posible. Mila esker.

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