Los ministros de la UE encargados de Asuntos Europeos dieron ayer luz verde a la apertura el próximo 5 de noviembre del capítulo 22 de la negociación de la adhesión de Turquía a la Unión, sobre política regional, según anunció la presidencia lituana.

La decisión formal de abrir un nuevo capítulo en la negociación con Ankara ya se había adoptado el pasado mes de junio pero, bajo presión alemana, fue retrasada por la represión por parte de las autoridades turcas de las protestas en la plaza Taksim de Estambul.

El comisario de Ampliación, Stefan Füle, se felicitó ayer por la decisión de los ministros, y vio «un paso importante para el acercamiento entre la UE y Turquía».

«La reciente evolución en Turquía subraya la importancia del compromiso de la UE y de que la UE sigue siendo la referencia para las reformas en Turquía. Con este fin las negociaciones de adhesión deben recibir un impulso», añadió.

En su informe de la semana pasada la Comisión Europea denunció el recurso excesivo a la fuerza de la Policía del pasado mes de junio, pero aplaudió los «pasos importantes» dados pese a todo en materia de democracia.

Turquía es oficialmente candidata a la adhesión desde 1999 pero el proceso de negociación, que comenzó en 2005 es el más lento que ha llevado a cabo nunca la UE. En esta lentitud pesa sobre todo los recelos de París y Berlín por la entrada de un país de 76 millones de habitantes de mayoría musulmana y la falta de solución al caso de Chipre, cuya parte norte sigue ocupada por las tropas turcas desde 1974.

De los 35 capítulos de negociación, hasta ahora se han abierto 13 y solo uno de ellos ha podido ser concluido. Además, la UE ha congelado paneles enteros de negociación frente al rechazo de Turquía a extender a Chipre, miembro de la UE, el beneficio de los acuerdos de libre circulación que la ligan al bloque europeo.

Reformas

La Comisión espera ahora que la negociación pueda presionar para que Turquía avance en reformas democráticas.

El mes pasado el Gobierno turco aprobó un paquete de medidas relacionadas con los derechos de las minorías, como la autorización de la enseñanza del kurdo en las escuelas privadas o de letras prohibidas por pertenecer al idioma turco, aunque no han satisfecho a la propia comunidad kurda, que recuerda que aún siguen en vigor las persecuciones políticas a electos e intelectuales.