En una iniciativa planteada en las Juntas Generales de Bizkaia, EH Bildu destaca que la propiedad de las ermitas «es muy confusa», aunque la coalición se inclina a pensar que la mayoría de ellas pertenece a los ayuntamientos.

«En Bizkaia se encuentran ubicadas infinidad de ermitas, aproximadamente medio millar, la mayoría de ellas en barrios rurales, muchas dando nombre a dichos barrios y otras en zonas alejadas, normalmente montículos o zonas prominentes, con valor simbólico, referencial y de gran valor histórico», expone la portavoz soberanista, Irune Soto.

Sobre la confusión existente en torno a la propiedad de estos inmuebles, indica que hay ermitas que en los últimos años han sido inscritas en el Registro a nombre del Obispado debido «a la pericia del párroco correspondiente» y otras a nombre de «particulares avispados», por la falta de interés del ayuntamiento en cuestión. Además, añade, «hay infinidad de ermitas que no figuran inscritas en el Registro de la Propiedad que son atendidas por los vecinos, lo cual indica que no tienen propietario legal».

EH Bildu cree que, si no todas, «la mayoría de estas ermitas son de los ayuntamientos», como reflejan documentos históricos consultados por esta coalición. Menciona un documento de 1857 que recoge una encuesta que la Diputación envió a todos los consistorios vizcainos y al Cabildo eclesiástico para determinar las necesidades de las distintas parroquias y, en su caso, proveer lo necesario para su reparación y mantenimiento.

Otra prueba demostrativa sobre la propiedad de las ermitas, según la coalición, es la inscripción en el Registro de la Propiedad de Durango, por parte del entonces Consistorio de Etxano, de la posesión de una ermita llamada Santa Lucía. En este caso, tras el correspondiente expediente administrativo y previa autorización de la Dirección General de la Administración Local del entonces Ministerio de la Gobernación, se vendió al Obispado en julio de 1953.

Ello indica, según EH Bildu, que la ermita era del Ayuntamiento aunque estaba sin inscribir en el Registro, «lo que certifica nuestra sospecha con la mayoría del resto de las ermitas», señala Irune Soto.

Por todo ello, propone que la Diputación realice «una investigación de toda la documentación» sobre las ermitas de que disponga la institución foral y, si fuese necesario, también recabe información en los ayuntamientos. Pide que se asigne una partida presupuestaria para esta investigación y que la Diputación informe de su resultado.