GARA > Idatzia > Iritzia> De reojo

Raimundo Fitero

Grisú

 

Otra vez la minería del carbón se convierte en trágica noticia. No hay manera de sustraerse a ese dolor televisado de quienes esperan en la superficie noticias del interior, del goteo de cadáveres, de las causas de unas muertes, por falta de oxígeno, es decir, porque el grisú se lo come, lo mismo que va comiendo las entrañas de los mineros. Ante estas situaciones dolorosas, sobran las palabras, es la contestación de trabajos, de profesiones realizadas en pleno siglo veintiuno, pero que tienen consecuencias en sus prácticas como el veinte o en diecinueve. Es como si no se hubiera avanzado en ninguna medida de seguridad. O que no importaran. O que se admite como parte de la profesión estas eventualidades dramáticas. ¿Son solamente accidentes, estadística o podríamos considerarlos de otra manera menos conformista? El eterno dilema.

Volvió Jordi Évole, y lo hizo coronándose el rey de la noche dominguera. Consiguió unos resultados de audiencia realmente importantes y colaboró, con su presencia como invitado y por estar colocado delante, que «El objetivo» de Ana Pastor recuperara algo de resuello. Es un fenómeno televisivo, una manera de afrontar el reporterismo, de confeccionar entregas a partir de una ida central, desarrollada con precisión matemática aleatoria. Un caos muy ordenado. Con invitados que suenan rancios, junto a otros que rezuman espontaneidad, pero todos colocados en un esquema que les ayuda a retroalimentarse y que en su conjunto dejan al telespectador satisfecho, con una idea del asunto tratado.

«El Intermedio», también en La Sexta, que mantiene el pulso, realizó el pasado lunes una de las entregas más embarulladas, tramposas y poco acertadas de los últimos tiempos. Intentar darles veinte minutos de propaganda a Aznar, Mayor Oreja y demás a base de datos manipulados sobre los supuestos traslados y excarcelaciones de militantes etarras, fue un exceso de arbitrariedad, tendenciosidad y falta de rigor. Y eso que estamos de acuerdo con la idea básica de que el peor enemigo de la dirección actual del PP es la hemeroteca. Un poco más de cuidado porque estaban usando también el dolor ajeno en beneficio partidario. Grisú informativo.