Aparente trato de «presos por asentamientos», proceso de paz que se tambalea como un zombie
El mismo día que Israel liberaba a 26 presos palestinos que habían cumplido ya más de 20 años de encarcelamiento, anunciaba la construcción de 1.200 nuevos colonias en tierras palestinas confiscadas en la guerra. La jugada puso de relieve un aparente trato de «presos por asentamientos» en el marco de unas negociaciones esponsorizadas por EEUU. Tras cinco años de parálisis diplomática por la disputa en torno a la política de hechos consumados de Israel, por su afán colonizador en contra de la opinión de gran parte de la comunidad internacional, estas negociaciones están siendo una cortina de humo para seguir con la construcción de asentamientos. Entre los palestinos, felices por el retorno de sus presos, crece el sentimiento de que están pagando un precio muy alto, el de una paz que no protege su honor, ni restaura sus derechos, ni libera su tierra y que además estrangula su existencia diaria.
La voracidad colonial de Israel no para, el «proceso de paz» se tambalea como un zombie y se «negocian dolorosas concesiones» imposibles de materializar sobre el terreno. ¿Cómo puede repartirse un pastel territorial, si mientras se negocia una de las partes no para de comérselo?