Se ha solido decir que UPN es la derecha más extrema de Europa. Personalmente, me ha parecido siempre algo exagerado. Especialmente porque en Europa hay cada derecha, como la húngara, que da mucho miedo. Y UPN, salvando las distancias, siempre ha sido más como de casa. Fachas, pero cercanos.

Pues en esto también voy a tener que desdecirme. UPN, con Yolanda Barcina al frente, se mueve como pez en el agua con los sectores más radicales del PP y con la extrema derecha que actúa sin disfraces, a pecho descubierto y con el bate en la mano.

No había más que verles el pasado domingo en la plaza de Colón de Madrid, rodeados de gentes vociferantes contra el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, muchos de los cuales alzaban el brazo para hacer el saludo fascista. Allí estaban también Sergio Sayas y otros dirigentes del partido dando fe en Twitter de su presencia entre quienes pedían la cadena perpetua e, incluso, la pena de muerte.

De regreso en Nafarroa, no se les ha pasado el ardor guerrero y no han tenido mejor idea que presentar una moción en Tafalla para «condenar el inhumano currículum» de Inés del Río. Y luego se sorprenden de que todos los partidos con representación en el Pleno se nieguen a secundarlo, huyan de ellos como de la peste y les acusen de seguir anclados en el pasado y de intentar sacar tajada del río que ha revuelto la extrema derecha.

Pues al día siguiente, erre que erre y Sergio Sayas pide cabezas en el PSN porque no les han seguido en su loca carrera llena de odio y venganza. El secretario de Organización y Comunicación de UPN parece contento porque considera que ha cumplido con su deber y hasta le entrevistan en 13TV y aparece más contento que Barcina en Intereconomía. Y presentan la misma moción en Atarrabia, con riesgo de volver a quedarse más solos que la una. Solos del todo, no. Derecha Navarra y Española (DNE), que usurpó el Ayuntamiento de Garinoain, ha declarado persona non grata a Del Río. Sin llevarlo al Pleno, que así se evitan escuchar lo que son. Centralidad.