Maite SOROA
A Franco, ni tocarlo
Curiosa la reacción de quienes llevan diez días clamando contra el TEDH en nombre de la justicia y «contra la impunidad» ante la propuesta que presentó el PSOE para exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos y «resignificar» ese monumento.
«El Mundo» decía en su editorial que han pasado «casi 38 años desde la muerte de Franco [...] ¿Por qué ahora y no cuando Felipe González llegó al poder en 1982?», lo cual es cierto, incluso en 1983 y bastante más tarde también tuvo ocasión el PSOE de hacerlo. Pero no se asusten, no es que el diario de Pedro J. se queje por esa tardanza. Lean, lean: «Como el PSOE sabe perfectamente que el PP va a rechazar esta iniciativa, lo que pretende es volver a utilizar su negativa para presentarlo como un partido ultraconservador, que simpatiza con el franquismo y que se opone a retirar símbolos que para un sector menguante de la población evocan un pasado odioso». Bueno, para presentarse como un partido ultraconservador que simpatiza con el franquismo, el PP se las arregla solo de maravilla. En cuanto a que esos símbolos evocan un pasado odioso para «un sector menguante», servidora tiene muy claro que por estos lares no es así, y también que si esa es la realidad española, además del PP, la prensa cavernaria puede atribuirse ese mérito. Continuaba diciendo que lo que intenta el PSOE «es crear una polémica artificial, provocar un debate sobre un asunto que no está en la agenda política ni interesa lo más mínimo a la inmensa mayoría de la población». Claro, como aquello se zanjó «con vencedores y vencidos», está bien. Después, concluía que sería «más coherente que el PSOE propusiera volar el monumento y cerrar la cripta. Eso es lo que hicieron los aliados en Alemania en 1945 cuando borraron todos los rastros de Hitler. Pero la diferencia es que Franco ganó la guerra y gobernó durante 36 años». Algunas de sus consecuencias sí se pueden remediar, pero como está claro que Franco ganó la guerra, no hay nada que «remover».
Parecida opinión daba, en «Abc», Alfonso Merlos, a quien la propuesta del PSOE le parecía «Descacharrante, sectaria, ridícula, improcedente», pero no por cuestiones de simpatía ideológica, sino porque «Honradamente, no estamos aquí ante un ejercicio simple y directo de malversar los euros del contribuyente, sino además para perder el tiempo». Y si alguien no pierde el tiempo son sus amigos del PP cobrando sobresueldos, pero eso no debe de ser malversar.