Crisis en fagor electrodomésticos
Mondragon no financia el rescate de Fagor por no verlo «viable» y Lakua se inhibe
Fagor Electrodomésticos no recibirá los 170 millones que requería de la Corporación Mondragón para financiar su deuda y sacar a flote la firma. Es la decisión final del grupo, que desde un principio dudó de la viabilidad de la empresa que cae ahora inevitablemente en el concurso de acreedores. Quedan por solventar temas tan delicados como el empleo de 1.800 personas y las aportaciones de los cooperativistas.
Iraia OIARZABAL | DONOSTIA
La noticia la adelantaba la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, en un acto celebrado por la mañana en Donostia, y vino a ser confirmada al anochecer por la Corporación Mondragon: Fagor Electrodomésticos no contará con la financiación de 170 millones de euros necesaria para salvar su deuda y hacer viable la cooperativa, con lo que la presentación del concurso de acreedores se hace inevitable. La decisión fue tomada de «forma unánime» tras constatar que el plan de viabilidad de Fagor Electrodomésticos «no es factible».
En un comunicado que se hizo esperar hasta el final de la jornada, el grupo Mondragon anunció que «el proyecto no responde a las necesidades del mercado y que los recursos financieros que demanda no servirían para garantizar su futuro empresarial».
El grupo recuerda, además, que en los últimos años ha destinado en concepto de apoyo solidario intercooperativo un total de 300 millones de euros por parte de los instrumentos corporativos, los apoyos del resto de cooperativas y finalmente el apoyo solidario más cercano de las cooperativas encuadradas en el grupo Fagor.
Horas antes de conocerse la decisión del grupo Mondragon, el Consejo Rector y el Consejo Social de Fagor Electrodomésticos ya manifestaron su temor ante la peor de las noticias. En un comunicado conjunto, hecho que no se había producido desde que estallara la crisis en la cooperativa, advirtieron de que si la compañía no recibía la financiación solicitada, se vería abocada a «un inminente concurso de acreedores» y la «desaparición» de la empresa.
El Consejo Rector -el órgano de gobierno cooperativo- y el Consejo Social -que representa a los socios trabajadores- remarcaron que la caída de la cooperativa guipuzcoana conllevará, además de la destrucción de 1.800 puestos de trabajo directos, la pérdida de más de 4.000 empleos en Euskal Herria.
Y es que los órganos representativos de la cooperativa se mostraron absolutamente convencidos de que si Fagor presenta el concurso «desaparecerán todas las actividades de la empresa y todos sus puestos de trabajo, sin solución de continuidad». Un hecho que lamentaron dado que, a su juicio, Fagor «ha desarrollado un plan de viabilidad que posibilitaría la reestructuración de la empresa y el mantenimiento de las actividades rentables, así como una parte importante de sus puestos de trabajo».
Mondragon no lo veía claro
Sin embargo, Mondragon dejó entrever desde un principio sus dudas sobre la viabilidad del plan presentado por Fagor y el peligro que la ayuda a la cooperativa podría conllevar para el conjunto del grupo. En cambio, mantiene que la decisión notificada ayer no afectará a las demás cooperativas puesto que «no se trata de un holding empresarial, sino de una asociación de entidades independientes y autónomas».
En esta línea, Mondragon hace hincapié en la responsabilidad que cada cooperativa tiene a la hora de hacer viable su proyecto. En el caso concreto de Fagor Electrodomésticos, advierte de que hay una cuestión fundamental que tiene que ver con la «capacidad de competir en el mercado global y adaptarse a todos los cambios que se están produciendo en el sector con nuevos competidores y nuevas reglas del juego». La corporación «se ratifica en su apuesta por el modelo cooperativo» y añade que en un contexto globalizado «los valores propios del cooperativismo son hoy más que nunca claves de la gestión de las empresas del futuro».
Compromisos
Asimismo, el Consejo General de Mondragon, consciente del impacto de esta situación para los socios de Fagor Electrodomésticos y en el entorno, anunció que continuará habilitando todos los mecanismos de solidaridad necesarios para reducir «al máximo» el impacto en el empleo por la situación de Fagor Electrodomésticos: desde recolocaciones, pasando por prejubilaciones y poniendo en marcha programas de formación que faciliten la empleabilidad de los socios. Todas estas acciones se coordinarán desde la Oficina Corporativa de Empleo, en la que participan el departamento de personal de Fagor Electrodomésticos, Lagun-Aro, EPSV, y el departamento de Gestión Social de la Corporación.
Remarcó «la trayectoria generadora de empleo de la corporación» y apuntó que todas las divisiones integradas en ella actualmente continúan en esta línea. «La diversidad de sectores y mercados en los que nuestras cooperativas tienen presencia, es una garantía que nos hace pensar que en el futuro a corto medio plazo seguirán generando nuevas actividades y consiguientemente nuevas oportunidades de empleo», añadió.
Según apuntó, el hecho de que los negocios de Mondragon sean competitivos en sus respectivos mercados es una «buena noticia» para dar una solución al empleo excedentario de Fagor Electrodomésticos.
En esta línea, anunció que intensificará la actividad promotora y recordó que ya existe el compromiso asumido por el Consejo General de elaborar a corto plazo una propuesta de trabajo para activar a través de vías ordinarias y extraordinarias todos los agentes corporativos ligados a la promoción de nuevos negocios.
Agentes sociales y políticos
Ante la determinante decisión de Mondragon para el futuro de Fagor Electrodomésticos, LAB mostró su desacuerdo y defendió que los gobiernos de Madrid y Gasteiz rescaten la cooperativa con el objetivo de evitar la destrucción de 4.000 puestos de trabajo.
El sindicato también se pregunto «cómo es posible que Kutxabank abra una línea de crédito de 1.000 millones de euros en el banco malo para la compra de pisos en España y no tenga ninguna posibilidad de financiar una plan de viabilidad empresarial aquí».«¿Qué pasa con Laboral Kutxa, no tiene nada que decir al respecto?», añadió.
Dada la gravedad de la situación, reclamó al resto de instituciones que se comprometan con un plan de creación de empleo y apoyen «la viabilidad de un proyecto que no deje a nadie en la calle». A juicio de la central, también es necesario abordar un debate sobre lo que ha podido fallar en el caso Fagor. «Liquidar el problema de viabilidad de la misma manera que lo resuelve cualquier sociedad anónima, mandando a la gente a la calle, muestra las debilidades de un proyecto cooperativo que necesita a todas luces una reflexión profunda», sentenció.
El PSE, por su parte, situó gran parte de la responsabilidad de lo ocurrido en el Gobierno de Iñigo Urkullu, a quien acusó de no haber sido «diligente» y no actuar «con la eficacia necesaria» en la crisis de Fagor.
Criticó que Lakua concediera a Fagor una ayuda de 50 millones de euros que fueron destinados a «avales y créditos que después se han destinado a pagar facturas de proveedores» y cuestionó por qué el Ejecutivo no solicitó entonces el plan de viabilidad que ha venido reclamando estas últimas semanas.
El Gobierno de Gasteiz también se pronunció sobre la decisión de Mondragon alegando que la negativa a financiar Fagor hace imposible su participación ya que «solo con el compromiso y el concurso de todas las partes el nuevo plan hubiese sido factible». No obstante, manifestó su voluntad de trabajar con la corporación para apoyar cualquier alternativa que contribuya a minimizar el impacto social y económico del cierre de Fagor.
Los consejos social y rector de Fagor Electrodomésticos han convocado para hoy una manifestación en defensa del empleo que partirá a las 18.00 de la planta que la cooperativa tiene en el barrio de San Andrés.
170
de euros eran los que Fagor Electrodomésticos solicitaba a la corporacion Mondragon. El grupo, que en los últimos años ha destinado 300 millones a la cooperativa, denegó la petición.
Cada actor implicado ha ido marcando sus posturas estos días. Fagor Electrodomésticos abogaba por la continuidad de la empresa, al tiempo que Mondragon manifestaba sus reticencias y Lakua condicionaba su apoyo al visto bueno de la corporación.
Además de los 1.800 empleos directos que se perderán con el cierre de Fagor Electrodomésticos, otros 4.000 puestos de trabajo indirectos están en peligro, según indican en un comunicado el consejo social y el consejo rector.
El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, acudió ayer a la reunión concertada con los alcaldes de Debagoiena con la noticia del final definitivo de Fagor Electrodomésticos encima de la mesa. Un hecho ante el que hizo un llamamiento tanto a la Corporación Mondragon como al Gobierno de Lakua para que «sean conscientes» de las consecuencias que puede tener la desaparición de la cooperativa, que, según remarcó, van «más allá» de los 1.800 puestos de trabajo directos perdidos. Una situación ante la que apeló a la masa de cooperativistas para que «sepan poner en valor la cooperación o solidaridad intercooperativa».
Del mismo modo, reclamó la actuación del Ejecutivo de Iñigo Urkullu, en la medida de sus competencias, y que «sea consciente de que es el tiempo de dar vital importancia al impacto que esto puede tener». «Es momento de aportar y no de rehuir el problema o mirar a otro lado», advirtió. En este sentido, afirmó que la Diputación guipuzcoana va a hacer «todo lo que esté en su mano». «No caben paños calientes, ni poner la pelota en el tejado ajeno, ni jugar al partidismo», agregó.
«Aquí hay muchas familias, en juego los ahorros de muchos miles de cooperativistas, las aportaciones a modo de ahorro, la marca de Mondragon que es la marca del país en cierta medida. Un modelo que es mejor que el neoliberal y no puede ponerse en riesgo por un 'tú más y yo menos», concluyó. GARA