El de Mâcon lleva cinco goles en tres partidos
El acierto de Griezmann no basta por un final horrible en defensa
El Valladolid volvió a empatar un partido que perdía en casa por dos goles gracias al acierto de Larsson y Javi Guerra cuando más cerca parecía el 0-3. Bravo detuvo un penalti en el tiempo de prolongación.
REAL VALLADOLID 2
REAL SOCIEDAD 2
Joseba ITURRIA
El estado de gracia de Antoine Griezmann, autor de cinco goles en los tres últimos partidos, no fue suficiente para ganar en Valladolid y resultó necesaria la inspiración de Claudio Bravo al detener un penalti lanzado por Ebert cumplidos los 90 minutos para salvar un punto de los tres que parecían asegurados hasta el cuarto de hora final, en el que los blanquiazules estuvieron muy mal en defensa.
Fue un partido extraño porque la Real no hizo méritos suficientes para ponerse con dos goles de ventaja gracias a la racha que lleva Griezmann, que primero marcó casi sin ángulo con la ayuda de Mariño y que después aprovechó un error de Jesús Rueda para conseguir a placer el segundo gol.
El de Mâcon no solo ampliaba su racha de los últimos partidos, también la que mantiene cada vez que se enfrenta al Valladolid, al que ha marcado seis goles en los tres encuentros disputados desde que los pucelanos regresaron a Primera División.
En cuanto se pusieron en ventaja en el primer tiempo, pero sobre todo con el 0-2 en el segundo, los blanquiazules fueron muy superiores, tuvieron la posesión de balón y estuvieron cerca de marcar el 0-3 con dos contras claras que Vela y Griezmann no culminaron y, especialmente, en un disparo de Imanol Agirretxe que despejó Mariño con una gran parada.
Pero en tres minutos desastrosos en el plano defensivo se pasó del posible 0-3 al 2-2 y todavía hubo que dar por bueno el punto cuando en el tiempo añadido Mateu Lahoz pitó un penalti indiscutible de Mikel González ante el que Claudio Bravo se lució para detener el lanzamiento de Ebert en dos tiempos.
Un resultado peligroso
El partido representó una lección para la Real, para aprender que un 2-0 favorable es un resultado peligroso en el fútbol. Parece que el partido está ganado, pero basta un gol para que el rival crea en la remontada con un estado de ánimo que le hace crecerse y para que el equipo que creía tener el partido ganado empiece a temer por el resultado y pierda los papeles.
Es lo que le pasó ayer a la Real ante un Valladolid que esta temporada ha sido especialista en empatar partidos que empezaba perdiendo en casa. Los tres últimos jugados en el José Zorrilla han acabado con 2-2 tras ponerse por delante Málaga y Sevilla. Ante los malacitanos en seis minutos pasaron del 0-1 al 2-1 y ante el Sevilla perdían 0-2 en el minuto 81 y empataron en el 84.
Algo parecido sucedió ayer y cuando se repite una circunstancia varias veces hay que dar su parte de mérito a la fe de los jugadores del Valladolid, que arriesgaron cuando tenían el partido perdido y permitieron a la Real tener tres contras claras para el 0-3. Pero cuando un equipo arriesga y acumula jugadores en posiciones ofensivas provoca errores como el del segundo gol de la Real, en el que Ebert cambia de banda el balón a Omar, al que De la Bella no defiende sin que llegue ninguna ayuda. El vallisoletano centró sin ninguna oposición, como remató Larsson porque Carlos Martínez se encontró en su zona con dos jugadores y se olvidó que lo que debe hacer un defensa, buscar el balón cuando es el defensa que puede disputarlo.
Sin tiempo para reaccionar
No lo hizo y eso permitió a Larsson cabecear a placer y meter al Valladolid en el partido y el miedo en el cuerpo de los jugadores de la Real. Arrasate reaccionó con la entrada de Pardo en lugar de Griezmann para reforzar el centro del campo con cuatro jugadores, pero en la siguiente jugada Javi Guerra combinó con Larsson en otra acción mal defendida por el centro, en el que los dos centrales se adelantaron -Cadamuro no tenía que haber dado el paso adelante y debía hacer la cobertura a Mikel González- y Markel desbarató el fuera de juego y habilitó a Javi Guerra para que empatara.
Hasta esos tres minutos la Real había jugado con comodidad, tenía el partido controlado sin que el Valladolid hubiera inquietado desde el disparo de Javi Guerra nada más iniciado el segundo tiempo que desbarató Bravo. Pero los blanquiazules no tradujeron su superioridad en el juego con un 0-3 y en el fútbol cuando se perdona se paga.
No se pueden sacar muchas conclusiones positivas cuando se dejan escapar dos puntos que la Real tenía en la mano, pero también hay que valorar la importancia de sumar uno que estaba perdido cuando Mateu Lahoz sancionó el penalti por mano de Mikel González.
Lo importante es que la Real, con cinco cambios en su once, empieza a parecerse más al equipo de la pasada temporada, cuando también empató 2-2 en Valladolid un partido en el que se adelantó dos veces. Ahora deberá ganar a Osasuna el sábado para que el punto sepa mejor.
Jagoba Arrasate destacaba que «hemos llevado muy bien el partido, estaba controlado, veíamos cerca el 0-3 con tres contras claras, pero no sé si nos hemos relajado o qué ha sido, pero nos ha faltado rigor y luego el rival nos ha achuchado, ha empatado y al final casi perdemos. Nos fastidia porque hemos sido superiores en el segundo tiempo, pero esto es fútbol. Había un poco de correcalles en el segundo tiempo, más provocado por ellos que por nosotros y no estábamos sufriendo. Teníamos el balón y ocasiones claras de gol. Parece que con el 2-0 está decidido el partido, pero esto es Primera División y, si tienes ocasión de matar el partido, hay que matarlo. Con un centro mal defendido nos hacen el gol y, a partir de ahí, ellos se vienen arriba y nosotros al revés».
Repetía que «estamos fastidiados porque hemos hecho méritos para ganar y hemos podido perder, pero tenemos un punto más y ahora hay que ganar a Osasuna el sábado en Anoeta para hacer bueno este punto».
El técnico del Valladolid, Juan Ignacio Martínez, señaló que su equipo «ha competido bien. Esta remontada ha sido diferente a la del día del Sevilla. Ellos tenían el partido controlado, pero han desaparecido con nuestro primer gol. Jugaron el domingo y nosotros el viernes, eso puede haberse notado al final. Hemos podido ganar, pero hay que felicitar a Bravo por su gran parada».
GARA
La Real pernoctó en Valladolid y regresará este mediodía de Valladolid para almorzar en Zubieta, descansar y entrenarse a las 17.00 para comenzar a pensar en el derbi del sábado a las 16.00 en Anoeta contra Osasuna.
La Peña Txirritako Txuriurdinak ha organizado un viaje a Donetsk para el partido que la Real jugará contra el Shakhtar en la Liga de Campeones. La salida será el 26 de noviembre a la mañana con un autobús a Gasteiz y vuelo a Donetsk y la vuelta el día siguiente. El precio, incluido desplazamientos, hotel y entrada es de 595 euros.