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Maite SOROA

Aplauso y bronca

La caverna mediática seguía mostrando su talante respetuoso con las instituciones, con algunas, claro, y hacia otras el desprecio del que suelen hacer gala cuando aquellas no responden como es debido, es decir, como esos medios indican. Resulta paradójico lo poco que se corta esa gente que no hace más que señalar a quien osa abrir la boca para decir algo con lo que ella no está de acuerdo. Solo un ejemplo.

«El Mundo» aplaudía al rey español por recibir a algunas víctimas y continuaba con la reprimenda al fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, por acudir, «Tras haber dicho que le cuesta llamar terrorista a Inés del Río», a la cárcel de Zaballa «a recoger las quejas de los presos de la `vía Nanclares'». En un punto editorial, decía que mientras el monarca recibía a esas víctimas «para darles ánimos y expresarles su afecto», Calparsoro iba a la cárcel de Zaballa. Seguro que lo hizo por fastidiar. Es broma, pero según «El Mundo» es algo peor aun: «Da la impresión de que Calparsoro es más sensible a los problemas de los asesinos que a las reivindicaciones de sus víctimas. Como dice el refrán, dime con quién andas y te diré quién eres».

En el mismo diario, Victoria Prego se mostraba ofendida con la actitud de las sucursales vascas del PSOE: «Acaba el Tribunal de Estrasburgo de asestar un golpe brutal a la democracia española en su batalla contra el terrorismo y los socialistas de Tafalla y de Portugalete se ausentan de sendas votaciones para no condenar a dos etarras», por lo cual «El Partido Socialista tendrá que explicar a las víctimas y a todos los demócratas esa actitud de protección de la reputación de los asesinos mientras no acude a la manifestación del pasado domingo». Y, ya puesta, arremetía contra el fiscal porque dijo que Inés del Río ha cumplido su condena -lo que simplemente es la pura verdad aunque a Prego le parezca «intolerable»- y porque, «ahora acude a la cárcel a escuchar los lamentos de unos terroristas que dicen que se han arrepentido, pero que todavía no han colaborado ni una sola vez con la Justicia para esclarecer los casos de los que pudieran tener información». Así nos daba una pista sobre algo que sabemos desde hace tiempo: que arrepentirse tampoco es suficiente. Después afirmaba que «Éste es el momento más inadecuado e inoportuno para escuchar este tipo de lamentos. Es una burla a las víctimas (...)». ¿Y saben por qué es una burla? Porque lo dice Victoria Prego, con la misma frivolidad que decía «a por ellos».

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