Los votos de los miembros del jurado son dígitos que se suman y resuelven los finalistas. El mecanismo es tan simple como perverso, ya que cada miembro es un mundo con su carácter, su cultura y sus manías, pero no hay otra opción, salvo las improductivas reuniones/discusiones del jurado. Los finalistas son los justos matemáticamente, pero cuesta asimilar que no haya habido una sensibilidad mayor para que, en la sección pop rock, no represente a Euskal Herria ninguna banda. Estrictamente los finalistas poseen un excelente nivel, pero no creemos que sea tan complicado valorar otras cuestiones que lo estrictamente formal. Educados, banda de dos colombianos y dos bilbainos, residentes en el botxo, están en proceso de mejora y asentamiento estilístico, pero su propuesta resultó sumamente atractiva y descarada, con los elementos suficientes como para ser una clara opción de frescura para la final. En metal las cosas este año han sido diferentes, a su tendencia histórica de no medir con generosidad lo local frente a lo foráneo. A la final pasan 13 Left to Die, de Araba, y Unbreath, de Bizkaia.