Miles de bretones muestran en la calle su malestar por el desempleo y la «ecotasa»
Muestra del clima social que vive Bretaña, miles de personas se manifestaron ayer contra la política del Ejecutivo francés, en favor de medidas por el empleo y en contra del impuesto a los camiones.
GARA | KEMPER
Miles de personas se manifestaron ayer en Bretaña contra la política del Ejecutivo francés, en favor de las medidas por el empleo y en contra del impuesto que prevé tasar a los camiones que circulen por las carreteras francesas.
Según los datos de la Prefectura, los manifestantes,en las ciudades de Kemper y Karaez, rondaron las 10.000 personas, cifras que los organizadores elevaron hasta los 30.000 participantes.
«Esta manifestación es un gran éxito para el empleo en Bretaña», declaró Christian Troadec, alcalde de Karaez y uno de los principales organizadores.
«Derecho al trabajo», «Los franceses no son una vaca lechera» o «Bretones sí, corderos no» fueron algunos de los lemas de las pancartas.
El clima de protesta viene incrementándose en Bretaña en las últimas semanas, con el telón de fondo de la tasa a los camiones que quiere introducir el Gobierno.
Este impuesto ha catalizado el descontento, amplificado por las consecuencias de la crisis económica en una zona muy afectada por el cierre de empresas ligadas al sector agroalimentario. Todo ello desembocó en una primera manifestación el pasado sábado, que la que estallaron graves incidentes con la Policía con el balance de varios detenidos y heridos, entre ellos un obrero que perdió una mano.
Ante ello, y con el objetivo declarado de favorecer el retorno de la calma, el Ejecutivo decidió retrasar la entrada en aplicación del «impuesto ecológico», que debía haber comenzado a cobrarse el próximo 1 de enero, pero que se ha pospuesto sin fecha.
Sin embargo, los organizadores de las protestas piden que se anule completamente este impuesto.
La conjunción de demandas ha hecho que en las protestas coincidan sindicatos, políticos de derechas, empresarios, agricultores, pescadores y otros sectores, con una gran variedad de peticiones en favor del empleo y la regeneración económica y con el objeto común de la crítica al Gobierno.
Manifestación paralela
Pero algunas organizaciones -como el sindicato CGT, el Frente de Izquierda o Europa Ecología-Los Verdes- rechazaron mezclarse «en el mismo saco» que los intereses de los empresarios y, ante la manifestación en Kemper, convocaron otra en Karaez.
Como ya sucediera hace una semana, la concentración acabó con enfrentamientos con la Policía que utilizó cañones de agua para dispersarlos, en incidentes que duraron hasta el comienzo de la noche. Según la prefectura, una persona fue detenida y tres resultaron heridas.
El prefecto del Departamento de Finisterre, Jean Luc Videlaine, había sugerido previamente la presencia de ultras de extrema derecha en la movilización.
La protesta se produce en un momento en el que la popularidad del Gobierno y del presidente, François Hollande, está por los suelos y cuando las relaciones del PS con sus socios ecologistas están en horas bajas.
Los manifestantes llevaban banderas bretonas y un gorro rojo símbolo del descontento social en la última crisis. Además colocaron crisantemos como símbolo de la muerte del empleo.