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ibiliz ibili | Juan Mari Feliu

Handiaga en el recóndito valle de Esterenzubi

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Al pie del altivo pico de Errozate, con algo más de mil metros de desnivel, se encuentra encajonado por el profundo barranco abierto por las aguas del naciente río Errobi el disperso pueblo de Esterenzubi. Esta localidad, separada del vecino Ehierralde (Saint Michel) en 1842, con sus barrios a varios kilómetros del centro, Estergibel y Beherobia, un remanso de tranquilidad, olvidado por los que tienen sus preferencias en el vecino macizo de Irati. Esterenzubi resulta hasta bucólico por el eterno tono verde que lo cubre todo y el sonido del caudaloso río Errobi que marca su ritmo vital.

En su cabecera se alzan los altos de Errozate y Urkullu, situados en pleno cordal del Pirineo vasco y en lo más profundo el naciente rio Errobi que entrega sus aguas al mar en Baiona y la característica cueva de Harpea Esterenzubi. Pese sus 360 habitantes que habitan en la dispersa población de Esterenzubi, ofrece una importante red de servicios hosteleros, desde un albergue de etapa a una colonia de vacaciones pasando por hoteles y restaurantes.

Sus 220 metros de altitud suponen ganar cualquier cumbre de los alrededores en una excursión de nivel medio. Esta zona que se encuentra humanizada por las labores agro ganaderas posee buenos y amplios caminos. En esta ocasión el itinerario nos llevará de manera circular a los altos que separan la cuenca del Errobi con los valles norteños de Mendibe y Behorlegi, lugar de paso para acceder al corazón del macizo de Irati y la Alta Zuberoa. Finalmente, no hay que olvidar que los dos cordales que encierran la alta cuenca del Errobi desde hace cerca de un milenio están siendo recorridos por el Camino de Santiago y el que desde la planicie de Garazi daba paso a Zuberoa por la emblemática ermita de Xalbatore

El itinerario arranca del aparcamiento situado junto la iglesia, donde se dan cita -siguiendo la tradición vasca- el frontón y la Herriko Etxea. Una vez en el puente que salva la regata de Esterengibel, seguiremos en dirección hacia Donibane Garazi hasta un alto donde un crucero nos servirá de referencia para abandonar la carretera por la derecha. Este lugar será el punto de llegada una vez regresemos de nuestra excursión, señalizada por el GR 10. Las señales amarillas nos llevarán suavemente por el carretil de Esterengibel auzoa, dejando al paso varios caseríos en estado ruinoso.

Una vez en un alto, con la vista puesta en varios caseríos de Esterengibel, las señales amarillas nos indican subir por un carretil situado a la izquierda hasta alcanzar las bordas de Uhaldea que vemos más arriba. Terminado el carretil, un portillo nos dará acceso a una pista de grava que se interna bajo un bosque de robles, castaños, nogales y fresnos hasta salir a una zona abierta donde veremos próxima la redondeada cumbre de Ernaga. Pronto daremos con una amplia pista de tierra, donde la vista se abre hacia el conjunto de Eskalerak-Okabe, emergiendo entre ellas, tras la planicie de Illarrita, la esbelta cumbre truncada de Ori.

Con girar hacia la derecha, seguiremos ahora por un amplio camino jalonado por el sendero GR 10 (Mediterráneo-Cantábrico) en su etapa Esterenzubi-Donibane Garazi. Poco más tarde estaremos ante las bordas de Ernaga, sobresaliendo una de ellas con techumbre de «Oholak» (tablilla de madera), alfombrada de musgo y líquenes. Aquí, de acuerdo con los deseos del lector, cabe dar la vuelta o continuar hacia arriba -cosa que recomiendo-, para alcanzar la cercana cumbre de Handiaga y desde ella bajar un corto trecho por loma para ver el enorme dolmen de Buluntza.

Terminada la alambrada, dejaremos la pista para continuar subiendo junto a ella por una senda, al final desdibujada en la parte superior hasta alcanzar la cumbre de Handiaga (761 m.). La vista se abre hacia la planicie de Garazi y los macizos de Arbaila e Irati en el lado contrario. Hacia el sur quedan cercanas cumbres del cordal central del Pirineo Vasco, entre Okabe y las crestas de Iparla. Con seguir la loma cimera hacia el norte daremos con una pista de tierra y poco después la borda y el fenomenal dolmen de Buluntza (650 m.)

El regreso lo haremos retomando la cumbre de Handiaga luego sobrepasar las bordas de Ernaga hasta el desvío de subida. Aquí seguiremos bajando por la pista de la derecha, jalonada por las señales del GR 10. Tras varias revueltas y con Esterenzubi a nuestros pies saldremos al crucero de referencia a la subida.

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