Raimundo Fitero
Flujos
Nos llevan a la aritmética como a una plaza pública donde medirse en porcentajes y proyecciones de datos, sumando o restando, según convenga. Cada principio de mes llegan los recibos de los servicios públicos y a los interesados los datos de audiencias de sus canales o cadenas. Y aquí es importante el matiz, un canal, es un canal, y una cadena o grupo, es una cadena o grupo, por lo que a TVE cuando le da por sumar todas sus señales, como a ETB, sus cuentas le salen mucho más presentables, que mirando al detalle, en cada canal.
Y como siempre que aparecen datos de audiencias televisivas, radiofónicas o de medios de comunicación en general, las interpretaciones se convierten en ejercicios de imaginación o de simple manipulación.
Las audiencias son flujos, migraciones de individuos que en la oscuridad de su salón de estar, acompañados por la soledad, el perro o el bullicio de los que comparten espacio, determinan dónde pasar esos próximos minutos de su vida. Las mediciones son aleatorias, su proyección cuantificada es una convención aceptada por todos los agentes, especialmente los anunciantes, y solamente es necesario situar el rubicón, ese punto dónde la inversión no es viable, o donde el objetivo fundacional está perdido.
Sobre todo en las televisiones autonómicas públicas, que viven en estados contradictorios. Se aceptan sus resultados con excesiva resignación. No se sabe si la información cercana es la preferida de los ciudadanos o no. Si hay un idioma al que proteger y su porcentaje en el canal en el que se utiliza es más bajo del de todas las estadísticas de uso del euskera socialmente, ¿qué hacemos, se acepta o se toman medidas para cambiar esta tendencia?
Este es un artículo escrito hoy, aunque sea muy parecido al escrito tantas veces en estos veintitantos años de mirar al electrodoméstico esencial de reojo. Cansa, pero como me enseñó el maestro Alfonso Sastre, hay que insistir en lo obvio, porque pueden existir muchos lectores a los que le suene esto a nuevo precisamente hoy. Venga, a ver si hacemos un flujo de opinión que garantice una televisión vasca pública más democrática y plural y que cumpla sus objetivos estatutarios.