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Una nueva Kodak emerge de la bancarrota y vuelve a cotizar en Wall Street

Casi dos años después de declararse en quiebra, el fabricante estadounidense de películas y material fotográfico Eastman Kodak Company volvía a cotizar el viernes en la Bolsa de Nueva York, pero ahora como una empresa mucho más pequeña y centrada en los servicios digitales.

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GARA | DONOSTIA

Kodak, la histórica compañía que vio nacer detrás de sus muros el rollo de película en 1892 y la cámara digital en 1975, regresaba el pasado viernes a Wall Street, poniendo fin al proceso de reestructuración que ha llevado a cabo desde que en enero de 2012 se declarase en bancarrota.

La salida de la quiebra del grupo se producía a comienzos de setiembre, aunque dejando atrás las actividades esenciales sobre las que construyó su reputación, como las películas de fotos. Además, en el camino, se han quedado los puestos de trabajo de casi 50.000 empleados, el cierre de decenas de laboratorios y fábricas y la venta, muchas veces por debajo del precio de mercado, de varias de las divisiones de la compañía y de miles de patentes.

Kodak llegó a ser a mediados de los 90 una de las diez empresas más grandes y una de las cinco marcas más importantes del mundo, cuando su capitalización bursátil llegó a 25.000 millones de dólares.

Pero a comienzos de 2012, agobiada por una deuda de más de 6.700 millones de dólares, solicitó voluntariamente acogerse a las leyes de quiebra de Estados Unidos para resolver la situación de los pasivos y tomarse el tiempo necesario para centrarse en negocios más competitivos.

Y es que fue precisamente la incapacidad de adaptarse al negocio digital -pese a que fue la primera que patentó la cámara digital, allá por el año 1975- lo que acabó tumbando definitivamente el antiguo esplendor de la compañía, que ahora quiere volver a recuperar mediante una profunda reorientación de sus objetivos, aunque, eso sí, con un tamaño mucho más pequeño. Con el regreso de la firma a la bolsa, su capitalización se sitúa en 7.100 millones.

El grupo se centrará a partir de ahora en la impresión comercial y los servicios digitales a empresas, especialmente en el embalaje, impresión de documentos promocionales o de comunicación gráfica, de componentes digitales (tarjetas de presentación, etcétera) o de construcción de laminados y productos de decoración.

Difícil mercado

Pero el mercado en el que se introduce no es fácil. «Kodak está entrando en lo que yo llamo aguas infestadas de tiburones», declaraba a BBC el fotógrafo británico Charlie Waite. «Tienen que ser imaginativos, tienen que hacer algo que irrumpa en el mundo de la fotografía amateur, que es el mercado que están buscando. Tienen que ser inteligentes», añadía.

Waite lamenta que su foco principal vaya a ser la impresión digital, porque se encontrará, explica, «arrinconada por sus competidores Canon, Hewlett Packard y Epson».

Frente a estas opiniones, la compañía asegura que su cambio de modelo de negocio será todo un éxito. «Nos hemos revitalizado gracias a nuestra transformación y nos hemos reestructurado para convertirnos en un competidor formidable», afirmaba el consejero delegado de la compañía, el español Antonio M. Pérez.

«Es un momento importante para la nueva Kodak», señaló el viernes en su regreso a la cotización en el New York Stock Exchange (NYSE), al tiempo que subrayaba que la nueva Kodak es ahora una nueva compañía «bien capitalizada y con un compromiso firme en dar valor a sus accionistas e innovación a sus clientes».

De hecho, la vuelta al NYSE marca un paso clave en el proceso de transformación y constituye una importante arma de marketing.

Kodak, fundada en 1892 por George Eastman, ha sido uno de los símbolos del capitalismo norteamericano. Patentó el rollo de película y la máquina de captura a finales del siglo XIX e hizo su gran el negocio en el mundo del cine. Sin embargo, su caída se ha debido, en gran medida a su incapacidad para adaptarse al negocio digital. Poseyendo patentes en este tipo de imagen, dejó que Canon o Fujitsu se le adelantasen.

reconversión

La salida de la quiebra del grupo se producía a comienzos de setiembre, aunque en el camino se han quedado los puestos de trabajo de casi 50.000 empleados, el cierre de decenas de laboratorios y fábricas y la venta de varias de las divisiones de la compañía.

FUTURO

Con un tamaño mucho más pequeño, el grupo se centrará a partir de ahora en la impresión comercial y los servicios digitales a empresas, un mercado que no es presenta nada fácil.

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