Cuatro de ellas, en casa
Nueve derrotas, lo nunca visto
Ni siquiera en las campañas en las que bajó a la categoría de plata sufrió tantas tras jugar trece partidos ligueros. De su último periplo en Primera, solo en la 2011-2012 la escuadra navarra había encajado más goles -25- que ahora -22- a estas alturas de temporada.
Natxo MATXIN
Si alguien pensaba que, tras ganar al Rayo, Osasuna iba a ir como un cohete hacia arriba, estaba muy equivocado. La escuadra navarra ha cogido la mala costumbre en los últimos tiempos de complicarse la vida cuando comienza a remontar y esta temporada no iba a ser una excepción. De hecho, se está convirtiendo en una rutina que los rojillos apuesten por meterse en problemas para mayor desesperación de su parroquia.
Lo malo es que el listón lo está poniendo cada vez más difícil, alcanzando números negativos inéditos en su historia en Primera. Un dato sintomático y preocupante es que el club iruindarra nunca había sumado nueve derrotas -cuatro en casa- en sus primeros trece encuentros ligueros disputados, ni siquiera en aquellas campañas en las que acabó dando con sus huesos en la categoría de plata.
Por seguir con el apartado defensivo, una de las facetas que, por negativa, más está afectando al rendimiento del cuadro encarnado, de su último periplo en Primera, solo en una campaña, la 2011-2012, había sufrido más dianas en propias carnes -25- cumplido lo que sería el primer tercio liguero.
La cantinela de complicaciones no es exclusiva de la presente campaña, sino que se está convirtiendo en una peligrosa tradición que en algún momento se confirmará en un indeseado descenso. Sin ir más lejos, el año pasado la situación matemática del equipo era prácticamente calcada a la que se está viviendo ahora mismo.
Cumplida la decimotercera jornada, y entonces de la mano de José Luis Mendilibar, Osasuna también sumaba 10 puntos a estas alturas de la 2012-2013, en aquel caso producto de dos victorias -una menos que ahora-, cuatro empates -tres más- y siete derrotas -dos menos-. Lo cierto es que los números en el apartado de goles eran mejores, con once a su favor -uno más- y, sobre todo, solo quince encajados, siete menos que los que llevan los de Javi Gracia.
18 puntos más
Volviendo al tema de los puntos, únicamente en otras dos campañas -la 2008-2009 y la 2000-2001- Osasuna sumó menos que lo que lo ha hecho hasta ahora. En la primera, la del despido de Ziganda y la llegada de Camacho, acumulaba ocho puntos, mientras que en la segunda, la del último regreso a la máxima categoría, cifraba apenas uno más.
La situación diametralmente opuesta se vivió en la histórica 2005-2006. Jugada la decimotercera jornada, el equipo sumaba 28 puntos, dieciocho más que ahora. No es de extrañar que se añoren aquellos tiempos.
La llegada de Javi Gracia y sus nuevos métodos habían causado un efecto balsámico en el cuadro rojillo. Los resultados y la imagen ofrecida sobre el césped así lo atestiguaban, pero esa dinámica se ha visto truncada, especialmente en los dos últimos encuentros.
Cierto es que el bagaje particular del técnico iruindarra desde que aterrizó en el banquillo osasunista tampoco es como para echar cohetes -seis derrotas, un empate y tres triunfos-, pero le había dado un lavado de cara al equipo. Incluso habiendo vuelto de vacío en visitas complicadas, como fueron las del Vicente Calderón o Sánchez Pizjuán, las sensaciones que dejó el conjunto navarro habían sido positivas y esperanzadoras para comenzar a pensar en una reacción, acompañadas de los primeros triunfos en El Sadar frente a rivales directos.
Sin embargo, el desplazamiento a Anoeta y la cuarta derrota en el estadio iruindarra frente al Almería han devuelto el pesimismo al entorno, no tanto por los resultados en sí, sino por la imagen de impotencia y escasas ideas ofrecida por la escuadra rojilla en ambos encuentros, circunstancia reconocida incluso por el propio míster navarro.
Ha podido influir en ello el cansancio, ya que Osasuna se ha visto obligado a encarar varios partidos consecutivos en un corto plazo de tiempo con el inconveniente de disponer prácticamente de los justos, fruto de las numerosas lesiones que ha sufrido el vestuario encarnado. El descanso liguero puede ayudar a recuperar efectivos y refrescar la mente. N.M.
Fausto Rossi, futbolista cedido por la Juventus al Valladolid, no podrá jugar el próximo encuentro frente a Osa- suna tras ver la quinta amarilla en Mestalla. Una baja importante para la escuadra pucelana, que consiguió sumar un escaso punto en el estadio valenciano, ya que todo su juego ofensivo pasa por las botas de la joven perla italiana.
Osasuna necesita urgentemente sumar puntos y, si fuese por la estadística, el escenario de su próximo partido es de lo más propicio. La escuadra navarra no ha perdido en las últimas seis visitas -tres triunfos y tres empates- que ha realizado a Zorrilla. La última vez que perdió el cuadro rojillo en tierras pucelanas fue en abril de 2002.