El Baloncesto Valladolid pinta a que descenderá a la Liga LEB, y ya veremos si es capaz de sacar un equipo en caso de descenso. Lo cierto es que el triunfo del Laboral Kutxa Baskonia hay que tomarla con cierta cautela y sin lanzar las campanas al vuelo. En todo caso, después de una mala semana, no fue un mal bálsamo.

El regreso de Thomas Heurtel, la mejoría de San Emeterio, que logró una valoración de 30 al sumar 15 tantos y 11 rebotes, y los muy buenos minutos de Ilimane Diop, que intimidó, reboteó y aportó todo lo que no hizo la peor versión de Tibor Pleiss, supusieron la segunda victoria baskonista en la Liga ACB Endesa, un triunfo plácido gestado a partir del segundo cuarto.

Después del 13-20 del final del primer período, el Valladolid empató a 20. Fue entonces, dando juego a Heurtel y Diop en lugar de Hodge -horrible ayer- y Pleiss, cuando el Laboral Kutxa Baskonia rompió el partido a base de presionar atrás, correr siempre que pudo y acertar desde lejos -firmó un 12 de 20 en triples-. Gracias a un parcial de 4-20, el duelo llegaba al receso 24-40 y después de aquello, los pupilos de Ricard Casas tiraron la toalla, algo que los baskonistas aprovecharon para rematar la faena y gustarse.

San Emeterio se reencontró con su mejor nivel después del descanso. A campo abierto y con el partido decidido, el alero cántabro dio una exhibición en un polideportivo Pisuerga que lo vio crecer como jugador. Por parte pucelana, solo el pívot Haritopoulos ofrecía resistencia, mientras que históricos como Vasilopoulos preferían borrarse.

Este triunfo no arregla nada, pero debe servir para ser el primer paso para crecer.