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Gara > Idatzia > Euskal Herria 2006-04-09
Ahotsak velará para que las mujeres sean «agentes activas por la paz»
·La nueva plataforma presentó un manifiesto que aboga por la «resolución democrática»

El mismo día de su presentación pública, la plataforma Ahotsak, conformada por mujeres de todos los sindicatos y formaciones políticas de Euskal Herria ­salvo las de la derecha española y francesa­ hizo ayer pública una declaración en la que sus impulsoras abogan por la resolución democrática del conflicto, reclaman el papel que les corresponde a las mujeres como «agentes activas de paz» y afirman que trabajarán para «blindar» un proceso de soluciones.


«Trabajaremos para blindar el proceso»

DONOSTIA

Ahotsak, ése es el nombre elegido para la iniciativa que se presentó ayer ante la opinión pública y que agrupa a mujeres que ostentan cargos en todas las formaciones políticas de Euskal Herria ­con la salvedad de las de la derecha española y francesa­ y de todos los sindicatos del país. El acto, llevado a cabo en el Palacio Miramar de Donostia, sirvió para presentar el documento en el que abogan por la resolución democrática del conflicto y afirman que «las mujeres debemos ser agentes activas por la paz».

Las periodistas Maialen Iriarte, Mertxe Aizpurua y Béatrice Molle actuaron como maestras de ceremonia de un acto que reunió a cerca de 200 mujeres ­entre firmantes e invitadas­ y a un gran número de medios de comunicación. Entre las tres, contextualizaron el nacimiento de Ahotsak resaltando que inciativas de este tipo surgieron en países en conflicto como Sudáfrica, Sri Lanka, Irlanda, Colombia, Israel... «Expresiones lideradas por mujeres que tienen por objetivo la consecución de la paz. Y nosotras hemos decidido organizarnos también por la paz en nuestro pueblo. Están en juego la paz y la convivencia: tenemos ese sueño y pretendemos cumplirlo».

La declaración, leída por Iriarte en euskara, Aizpurua en castellano y Molle en francés, fue suscrita por tres representantes de cada uno de los 25 agentes que se han sumado al documento a título personal. El escrito, según destaca, no pretende «sustituir a nada ni a nadie. Nuestra única intención es dar un impulso a la situación actual e intentar ayudar en la búsqueda de soluciones aseverando que el diálogo sin prejuicios y sin condiciones es un buen punto de partida, como lo es el respeto a los derechos de todas las personas».

La consecución de ese objetivo «nos obliga a poner en valor una militancia común al margen de la nuestra propia: la militancia por la paz», apunta, y añade que «venimos a reivindicar la participación y el protagonismo que las mu- jeres también debemos tener a la hora de buscar soluciones».

Esa etapa, a su juicio, debe abrirse bajo tres premisas.La primera dice que la consecución de la paz es «una prioridad política» que no consiste únicamente en «la ausencia de cualquier violencia. El concepto de paz, para nosotras, tiene que ver con la democracia, la justicia social, con un proceso de cambio que permita a la ciudadanía dar por concluidos conflictos históricos, cerrar una página en términos de derechos y libertades».

La segunda sería que hay que buscar un escenario «que permita y garantice el desarrollo y la materialización de todos los proyectos en condiciones de igualdad, por vías políticas y democráticas».

Y en tercer lugar, se afirma que si la ciudadanía vasca desea reformar o mantener el actual marco jurídico-político todos deberían comprometerse a «establecer las garantías democráticas necesarias y los procedimientos políticos acordados para que lo que la sociedad vasca decida sea respetado y materializado. Y si fuera necesario, tuviera su reflejo en los ordenamientos jurídicos».

Además, las impulsoras del documento consideran que también deberán reconocerse los derechos de las mujeres «a fin de que se garantice la igualdad de derechos y oportunidades inexistentes en la actualidad».

Tras opinar que «es posible la solución» y apostar por el diálogo, agregan «nos anima pensar que merece la pena trabajar por que las cosas no sigan igual». Por eso se comprometen a trabajar «para blindar» el proceso de resolución del contencioso.

«En definitiva, trabajaremos para establecer las garantías democráticas que permitan la participación de toda la ciudadanía fortaleciendo el proceso y su solución. Por ello hacemos esta aportación», señala el texto, y concluye: «Estamos dispuestas a poner todo lo que esté de nuestra parte en la tarea de construir la paz sobre las premisas que planteamos».



Declaración de Ahotsak
Quienes suscribimos esta declaración somos mujeres de distintas ideologías, tradiciones y sentimien- tos que, a título personal, y partiendo desde lo que nos une y desde lo que nos separa, queremos explorar pasos hacia delante en la búsqueda de la paz y de la reconciliación.

Con esta declaración no pretendemos sustituir a nada ni a nadie. Desde el lugar que ocupa cada una, nuestra única intención es dar un impulso a la situación actual e intentar ayudar en la búsqueda de soluciones aseverando que el diálogo sin prejuicios y sin condiciones es un buen punto de partida como lo es el respeto a los derechos de todas las personas.

Trabajar por un presente y un futuro de esperanza nos obliga a poner en valor una militancia común al margen de la nuestra propia: la militancia por la paz ante tantos saboteadores que la paz tiene siempre en todos los conflictos en los que es necesario alumbrarla.

Creemos que las mujeres debemos ser, por lo tanto, agentes activas por la paz y participar en un nuevo proce-so de esperanza que se debe abrir en nuestro pueblo.

Hoy por hoy, y dado el modelo social en el que vivimos, el protagonismo de los hombres y las mujeres no es el mismo en la vida política de nuestro país. No obstante, y en tanto que padecemos las consecuencias de un conflicto político que en nada nos es ajeno, venimos a reivindicar la participación y el protagonismo que las mujeres también debemos tener a la hora de buscar soluciones. Debemos ser sujetos activos de la solución, al igual que hemos sido sujetos de lo que hasta ahora ha sucedido.

Por ello queremos que se pueda abrir una etapa nueva bajo tres premisas básicas:

1) La consecución de la paz es una exigencia colectiva y una prioridad política. Es también una tarea de todas y todos y no consiste únicamente en ausencia de cualquier violencia. El concepto de paz desde nuestro punto de vista no está vacío de contenido, sino todo lo contrario. Para nosotras tiene que ver con la democracia, la justicia social, con un proceso de cambio que permita a la ciudadanía dar por concluidos conflictos históricos, cerrar una página en términos de derechos y libertades.

2) Todos los proyectos políticos se pueden y se deben defender. No hay que imponer ninguno. Hay que buscar un escenario democrático que permita y garantice el desarrollo y la materialización de todos los proyectos en condiciones de igualdad, por vías polí- ticas y democráticas.

3) Si la sociedad vasca, la ciudadanía del País Vasco o Euskal Herria desea transformar, cambiar o mantener su actual marco jurídico-político, todos y todas deberíamos comprometernos a respetar y establecer las garantías democráticas necesarias y los procedi- mientos políticos acordados para que lo que la sociedad vasca decida sea respetado y materializado y, si fuera necesario, tuviera su reflejo en los ordenamientos jurídicos.

En este sentido, entendemos que también deberán abordarse los condicionantes que determinan la diferente participación social de las mujeres y hombres, a fin de que se ga-rantice la igualdad de dere-chos y oportunidades inexistentes en la actualidad. Esto conlleva el reconocimiento de nuestros derechos, los de las mujeres, y sólo será posible desde el compromiso firme de todos los agentes partícipes en el proceso.

Quienes suscribimos esta declaración creemos que es posible la solución, y pensamos que para ello todas y todos nos debemos reconocer como tales, que debemos intentar ver la parte de verdad que tienen las otras personas. Para nosotras, dialogar es el paso previo para acordar y ello es fortalecer la democracia, no debilitarla.

Nosotras no buscamos el éxito electoral ni la defensa de nuestra opción política, sindical, social y cultural, no buscamos el aplauso de nadie ni nos intimida la crítica feroz; nos anima pensar que merece la pena trabajar por que las cosas no sigan igual, para hacer creíble el camino al que siempre hasta ahora se ha tachado de imposible por quienes no quieren que tenga solución.

Las mujeres que suscribimos esta declaración, como lo han hecho otras mujeres en otros procesos de paz, trabajaremos para blindarlo, para que no embarranque, para que no se frustre. Asimismo, para que las mujeres seamos parte activa del mismo, para reivindicar nuestro papel y nuestro protagonismo, tanto durante el proceso como en la solución. En definitiva, trabajaremos para establecer las garantías democráticas que permitan la participación de toda la ciudadanía fortaleciendo el proceso y su solución.

Por ello hacemos esta aportación, estamos dispuestas al contraste, al diálogo, al acercamiento, a la negociación, a poner todo lo que esté de nuestra parte en la tarea de construir la paz sobre las premisas que planteamos. -

Donostia 8 de abril de 2006


 
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