Este año han sido un total de 34 los jóvenes llegados a Euskal Herria, procedentes de distintos rincones del planeta, dentro del programa Gaztemundo del Gobierno de Lakua. Al igual que en otras ediciones, la gran mayoría lo han hecho desde Argentina. Menos han sido los que han llegado desde países vecinos como Chile o Uruguay.

La única persona que lo ha hecho desde Estados Unidos es Idoia Zabalburu, que tuvo que emprender hace unos días la vuelta a San Francisco, su lugar de origen, por diversos compromisos. Es una de las encargadas de organizar la publicación “Euskosare”.

Los participantes, con edades comprendidas entre 18 y 36 años, han disfrutado de lo lindo durante los 12 días que ha durado el curso que se ha desarrollado casi íntegramente en Gasteiz. Facundo Reina Munarain ha llegado desde Buenos Aires, a través de Eusko Etxea. Al igual que el resto de sus compañeros, es la primera vez que pisa suelo vasco y está «muy ilusionado y a la vez impresionado».

Asegura, en este sentido, que el «contacto con la realidad cambia toda la visión»que uno pueda tener previamente sobre la tierra de sus antepasados. En términos similares se refiere María Emilia Cairo, de La Plata, que dice que todo que han visitado «es muy bonito».

Cumpliendo un sueño

María Noel Etxeondo, argentina y perteneciente a la Euskal Etxea Ibaiguren, también está muy satisfecha con lo vivido en los últimos días. Según ella, «estoy cumpliendo mi sueño». Todo lo practicado durante el curso le ha parecido interesante: «está siendo una experiencia muy interesante». Cree que este tipo de programas ayuda a conocer lo que sucede en las euskal etxeas distribuidas por todo el mundo. «Es una buena forma de intercambiar ideas».

María Laura Galarraga también es de La Plata. Domina muy bien el euskara, al igual que el resto de compañeros entrevistados. Es uno de los motivos por lo que se animó a emprender este viaje. «Quería adquirir más técnica y gracias a las actividades que hemos llevado a cabo a lo largo de estos días lo he conseguido». Ratifica que está «viviendo todo lo que otros me habían contado».

Son diversos los motivos por los que estos jóvenes se animaron a participar en el programa Gaztemundo. Muchos se deciden debido a un vínculo familiar existente, a lo que hay que sumarle la ilusión que tienen por aprender cuestiones relacionadas con la cultura vasca, con el fin de ponerlas en práctica posteriormente en las euskal etxeas a las que ellos están inscritos.

María Emilia y María Laura, por ejemplo, dan clases de euskara. La segunda, a los más pequeños. Ambas sostienen que todo lo aprendido estos días en Gasteiz «vamos a poder utilizarlo allí. La idea aquí es realizar actividades, pero siempre enfocadas a las euskal etxeas de allí. Es importante enseñar y utilizar lo que yo he aprendido anteriormente aquí».

María Noel comparte la opinión de sus amigas. Ella se encarga de enseñar a niños y niñas con edades comprendidas entre los tres y los once años. «Aprenden euskara, danzas y canciones. El año pasado, además, hicimos una actuación teatral en euskara, que salió tan bien que este año vamos a preparar otras dos: “Lau Anaiak” y “Edurne Zuria eta Zazpi ipotxak”, explica Etxeondo.

Muchos de los que participan en el programa lo hacen para mejorar su nivel de euskara. Facundo lleva tres años aprendiendo la lengua y se maneja muy bien con ella. Afirma que este viaje le ha animado, aún más, a continuar mejorando su técnica. «Me he dado cuenta que uno puede vivir en euskara».

Multiples actividades

Las mañanas y algunas tardes las han dedicado a perfeccionar su conocimiento en torno a la cultura vasca en general: danzas vascas, juegos tradicionales, canciones populares, pelota, así como deporte rural, entre otros muchos. También su nivel de euskara, claro está.

El resto de las tardes y fines de semana han estado dirigidos al ocio. Así, un día realizaron una excursión a pie por las inmediaciones del santuario de Urkiola. Se han organizado marchas montañeras en bicicleta por los alrededores de Gasteiz y durante tres tardes practicaron remo en Legutiano. Donostia y el Casco Viejo gasteiztarra han sido otros de los lugares visitados durante estas jornadas. Para María Emilia, el realizar este tipo de excursiones es «muy importante para conocer, realmente, el modo de vida de Euskal Herria».

Todos ellos regresarán muy contentos con la experiencia vivida estos días y con la ilusión de regresar a sus raíces. -

GASTEIZ