La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera el trabajo en el sector Agrario uno de los más peligrosos, junto a la Construcción y a la Minería. Los expertos reconocen que muchos de los accidentes que se producen en la actividad laboral de la agricultura y la ganadería no se computan, sobre todo, porque un parte importante de los trabajadores lo hace por cuenta propia.

Osalan, por su parte, ha editado hace unos días un díptico sobre la prevención de riesgos laborales en el área de la recolección de la patata. En la publicación se recuerda que los peligros más importantes tienen que ver con los trastornos musculares y óseos, como consecuencia de las posturas y del levantamiento y acarreo de grandes pesos.

«La adopción de posturas inapropiadas e incómodas y el acarreo de cargas excesivas ocasionan numerosas lesiones musculares, problemas con los huesos, dolores de espalda crónicos y dolores lumbares». Las medidas preventivas, que fija el organismo público, indican que «se deben evitar las cargas excesivas» y es necesario «realizar pausas periódicas, procurando la relajación muscular».

Osalan considera que como gran parte de este trabajo en el sector se desarrolla al aire libre, la exposición a cambios de temperatura es una cuestión que deberá tenerse en cuenta. Pero, como en cualquier otro sector, los trabajadores tendrán que disponer de los equipos de protección adecuados y deberán estar en las mejores condiciones de seguridad y salud, y, en todo caso, deberán contar con las medidas preventivas adecuadas para evitar daños a su salud. «La exposición al sol puede provocar quemaduras, también en esta época del año, enrojecimiento difuso de las partes de la piel expuesta e insolaciones de diversa gravedad», afirma.

En este caso, el díptico recuerda que «el calor provoca una dilatación excesiva de los vasos sanguíneos superficiales, lo que a su vez causa deshidratación, así como edemas, calambres en las piernas y, en los casos más graves, desvanecimientos». Advierte de que «el calor favorece la intoxicación a través de la absorción cutánea y la distribución de los plaguicidas dentro del organismo. El viento transporta bacterias, parásitos, polvos minerales y vegetales y esporas de hongos».

Existen, por otro lado, cuatro recomendaciones fundamentales que deben ser tenidas en cuenta cuando se trabaja al aire libre, no sólo en la recogida de la patata, sino de cualquier otra actividad. La primera y fundamental es usar la ropa de trabajo adecuada al clima.

Además, recuerda que toda herida producida durante el trabajo ha de ser limpiada con abundante agua y ha de ser curada. «Se dispondrá de un botiquín con los elementos necesarios para realizar dichas curas. Todos los trabajadores agrícolas están expuestos al riesgo de padecer tétanos, por lo que deberían de vacunarse», indica.

Propone también fijar un régimen adecuado de bebidas para evitar la deshidratación.

Se refiere, asimismo, a otro grupo de riesgo en el sector agrícola, y en concreto en la recolección de patatas, que es el atrapamiento por órganos móviles de las máquinas. En estos casos se aconseja que la maquinaria esté protegida mediante resguardos de resistencia mecánica adecuados. También hace referencia a que en el caso de atascamiento de la máquina «no se debe intentar desatascarla manualmente sin parada previa de la misma».

Subraya que en las máquinas agrícolas no se debe viajar como «viajero, a menos de que se disponga de los medios adecuados de protección» y deberán existir «barandillas adecuadas en las plataformas de trabajo, para evitar riesgos de caídas».

Junto a estos riesgos, se debe tener en cuenta el uso de los productos químicos. «En todo el mundo ­señala COAG­ se utilizan cerca de tres cuartos de millón de sustancias químicas y compuestos en agricultura, a las que se unen cada año otras que entran sin evaluación ni control», por lo que recomienda utilizar protección adecuada. -

BILBO