BILBO

En la presentación de la «Memoria Socioeconómica de la CAPV 2005», Lafont calificó de «retrógrado» el argumento de que la falta de competitividad es consecuencia de los altos costes laborales y las reducidas jornadas, «lo importante son las inversiones en I+D+i y en formación», sin restar su importancia a los salarios y las jornadas. Lafont animó a comparar Araba, Bizkaia y Gipuzkoa con otros países de la UE y no con otras comunidades autonómicas, y apuntó que en inversión en I+D+i «nos encontramos lejos de los países de referencia en la materia».

El informe llama la atención sobre un hecho «preocupante» como es «la pérdida de impulso industrial en la estructura económica vasca», que en 2005 aportaba el 28,3% del Valor Añadido Bruto, «tres décimas menos que en 2004 y tres puntos menos que en 2003». En términos de empleo, señala que la industria aportó el 26,1%, siete décimas menos que en 2004 y 1,7 puntos menos que en 2000. En este sentido, el CES alerta sobre la necesidad de que «la economía vasca recupere impulso industrial para mantener las cotas de crecimiento y desarrollo»

Valora el crecimiento de la economía de la CAV, un 3,9% del PIB, pero apunta que hay aspecto que «pueden matizar esta marcha coyuntural» y que incluso «suponen alguna amenaza para su futura evolución». En esta línea, pidió que se adopte «una verdadera política inflacionista».

El CES resalta también el positivo comportamiento del mercado laboral, con tasas de paro por debajo de la media europea y niveles de ocupación superiores, aunque con elevada temporalidad.

Lafont incidió en la precariedad, que afecta sobre todo a los jóvenes. Apuntó que se está llegando a «una noción nueva del trabajo», en la que los jóvenes se están acostumbrando a encadenar períodos de contratación, con otros de ocio y señaló que «se están acostumbrando a estos ciclos. No quiero decir que opten por la precariedad ­aclaró­ sino que la precariedad les impone este tipo de vida al que bastantes se adaptan».